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Todas nuestras cosas están listas, no quiero pedirle a Evan que me lleve a la ciudad o que uno de sus hombres lo haga, así que pienso decirle a Yeider.

Kayla está muy nerviosa, sus manos sudan y camina por toda la habitación, dejé todo en su sitio, porque a fin de cuentas todo lo que tengo me lo dió Evan y no pienso tener nada de eso, así que le único que me llevo de aquí, es a mi hermana.

-Vamos- Kayla tampoco tiene muchas cosas, salvo la ropa que le compró Yeider, dice que tiene muchas cosas para contarme, pero lo principal es irnos de aquí, abro la puerta, la tomo de la mano y salimos de la habitación, al final de las escaleras están ellos tres con las miradas puestas en nosotras.

-Katleen...- habla Evan.

-Procura que tu sucia boca no vuelva a pronunciar mi nombre- lo miro con odio y asco.

-Yeider, ¿puedes hacer el favor de llevarme a la ciudad con mi hermana?- él asiente sin pensarlo y se acerca para tomar el bolso que sostiene mi hermana.

-Perdóname, por favor perdóname- suplica Evan mientras se acerca a mí.

- Jamás en tu miserable vida te vuelvas a cruzar en mi camino, te desprecio y me repugnas, así que evitame las náuseas- se ve decaído y triste.

Yeider sale de casa junto con mi hermana.

Camino hasta estar frente a frente con él, con pocos centímetros de distancia, sus grises ojos me miran suplicantes, al borde del llanto, tan débil...

-Intenté amarte- sonrío irónicamente y hago una mueca de decepción.

Sin más, doy la espalda y camino hasta el carro donde me esperan, me monto en el y cierro mis ojos, estaré así, hasta dormirme.







:(

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