Capitulo 51.-

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Llegamos a una casa enorme, las puertas de las rejas se abrieron y Justin condujo por un camino, de unos metros, el camino estaba rodeado de pasto y pequeños árboles con formas de cisne y otra cosas en el centro justo enfrente de las puertas de la casa estaba una fuente y en el centro de esta había dos ángeles que apuntaban con una mano al cielo y que en la otra tenia un ramo de rosas de donde salía el agua, todo estaba alumbrado por farolas.

-¿Qué te parece? –pregunto mientras se paraba.

-Lindo –sonreí.

El bajo y yo lo seguí vi hacía arriba la casa era de dos pisos, echa de ladrillo rojo, un lugar muy colonial, rodee el carro y camine por el pasillo hacia la entrada, subí los escalones hasta la puerta doble de madera café, Justin saco una llave y abrió.

-Pasa –sonrió.

Yo entre las luces de las lámparas que estaban en las paredes le daban el aspecto de un lugar antiguo, las paredes tapizada de un color café claro y el piso de madera hacian parecer que había regresado en el tiempo, el techo blanco estaba muy alto, Justin tomo mi mano y me guió por el ancho pasillo que tenia unas pequeñas mesas en las orillas donde había floreros llenos de diferentes tipos de flores de colores muy suaves y había muchos cuadros de arte abstracto, jamás había pensado que la casa de un narcotraficante se vería así, había entrado en varias por el trabajo y no se interesaban tanto en el arte sino en los lujos de la tecnología y en la mayoría estaba lleno de dinero, drogas, alcohol y mujeres, este lugar parecía mas un hogar decorado por alguien que tenia mucho dinero. Llegamos a una puerta doble demasiado grande que estaba abierta completamente dejando ver la sala entramos y ahí estaba Nathan y Harrison tomando cerveza sentados en un sillón de cuero blanco, la chimenea de ladrillo rojo igual que la fachada estaba prendida, dirigí mi mirada al techo blanco donde colgaba una lámpara en forma de araña que alumbraba todo el cuarto.

-¿Esta lista la comida?-pregunto Justin.

-No –dijo Nathan quien no despegaba la mirada de la pantalla plana donde veía un partido de fútbol americano.

-Apenas la están haciendo –dijo Harrison subiendo sus pies en la mesa de madera que estaba en el centro.

-Baja tu piernas de ahí –gruño Justin – ¿quieres quedarte aquí? –me pregunto- o subir a tu cuarto a cambiarte mientras esta la comida.

-Prefrió subir a cambiarme.

El asintió.

-Bien, subamos - dijo giandome- no destruyan nada –hablo mas fuerte a Nathan y Harrison y salimos de la sala.

Dimos unos pasos por el pasillo y vi otra puerta del mismo tamaño que la otra y que también estaba abierta completamente que daba hacia el comedor, no tuve tiempo de observar bien ya que Justin me llevo hasta el final del corredor donde había una escalera, subimos por la escalera y llegamos al primer piso, caminamos por un pasillo con el mismo color café en la paredes, se veía muy antiguo, también… muy melancólico, pero seguía pareciendo un hogar de una familia con mucho dinero, llegamos a la puerta que estaba al final del corredor, esta puerta era mas grande que las otras seis que vi en el resto del pasillo el la abrió dejando ver la recamara que era enorme, era blanca de dos paredes y café de una, había una ventana corrediza enorme que abarcada toda la pared, desde el piso hasta el techo y daba hacía un balcón donde podía apreciar la noche, la cama era de madera y la cabecera tenia líneas que se desplegaban formando lo que parecía un sol, la colcha era de color negro al igual que las almohadas, y la sabana que parecian de seda negra había dos muebles a cada lado con lámpara, también había una lámpara en forma de araña desde el techo que estaba del mismo modo alto que en la planta baja y que también era de color blanco los pisos eran de reluciente madera, frente a la cama había un mueble con espejo ahí había varios perfumes de hombre cepillos y artículos de higiene.

-¿Tu duermes aquí?-pregunte al ver todas las cosas de hombre.

-Si –asintió.

-¿Y esperas que duerma aquí?

-Aquí vas a dormir –soltó mi mano y camino hasta la cama donde se sentó- ¿te gusta?

-Parece una casa antigua –quise omitir lo de que no imaginada esta casa como la de un narcotraficante, pase mi mirada otra vez por su cuarto, el closet estaba entre abierto y había una puerta que seguro daba al baño- estoy segura de que ahí muchos cuartos... así que quisiera quedarme en otro.

-No –negó- llevamos días durmiendo juntos y no pienso dejar esa tradición de lado.

-¿Tradición?-pregunte elevando mi ceja.

-Quiero dormir contigo.

-No tendré sexo- negué mientras cruzaba mis brazos.

-Ya dejaste ese punto claro... y no are nada que no quieras – nos quedamos unos segundos en silencio.

-Ok –cedí sabiendo que no se daría por vencido y si yo tampoco lo hacia seguro me traía cuando estuviera dormida hasta aquí.

-Ve en el closet- hizo un gesto hacia el closet- ahí hay ropa espero te guste, y ahí esta el baño- hizo un gesto a la puerta blanca cerrada.

-Esta bien.

-Te espero abajo- se levanto de la cama.

Salió del cuarto y yo camine hasta el closet, había pantalónes de mezclilla de algunos colores, tenis zapatos playeras de todos los colores también había unas cuatas corbatas y pantalones de vestir, camisas de vestir, sacos, en el lado izquierdo estaba ropa de mujer que supuse que era la mía, un pensamiento vino a mi: Justin dijo que había comprado ropa pero que tal si era de su esposa, el tiempo que estuve con el siquiera pensé en ella, ya había pasado casi cuatro meses desde su muerte y según recuerdo el no estuvo de luto ni un solo día, ya había pasado tiempo pero el pensar que estuviera apunto de usar su ropa no me gusto, era una falta de respeto hacia ella, di un respiro y saque el teléfono de mi bolso del pantalón, no quería bajar y preguntarle a Justin eso enfrente de Nathan y Harrison.

-¿Ángel?

-La ropa que quieres que use la compraste para mi ¿cierto?

-Si..¿por que?

-Solo curiosidad.

-¿Acaso no te gusta?

-No es eso... pensé que era de otra y quería saber.

-¿De otra?

-De tu esposa o de alguna otra mujer tuya.

-No he traído a ninguna mujer a esta casa, bueno excepto las señoras que se encargan de cuidar la casa y créeme no tengo nada con ellas, y recuerdo haberte dicho que no dormía con ninguna de ellas si quiera con mi esposa, por tal motivo mi recamara siempre era solo mía y mi closet tenia solo mi ropa. -no quise darle vueltas a lo que había dicho seguro no dormía con ninguna mujer para poder siempre estar listo por si quería a otra.

-Ok, no tienes que explicar solo ...

-¿Por que hablamos por teléfono si estas a unos metro de mi?

-Me meteré a bañar –dije para terminar ya con la conversación.

-¿Es una invitación?

Yo rodee los ojos y colgué.

La Amante Del Diablo (Justin Bieber y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora