Capitulo 59.-

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-Pensé que te quedarías en tu casa –la voz de Max me hizo alzar la vista de mi computadora, el apenas había llegado eran justo las 2 de la tarde.

-Quería distraerme –sonreí- ¿y tu novia?

-Miranda esta bien, la deje en mi casa con dos policías.

-Bien –yo jamás me perdonaría si le pasaba algo a esa mujer por mi culpa.

-¿Qué paso entre Chris y tu?

-¿Por qué lo preguntas?- no quería hablar de Chris con Max... o cualquier otra persona.

-Por que el hoy llego borracho.

-Peleamos, el quería estar hoy conmigo... y el echo de que llegue borracho no es mi culpa- dije alzando una ceja y Max sonrió.

-¿Quién es tu amigo?- pregunto con el ceño fruncido y camino hasta mi escritorio.

-No importa.

-Si importa.

-Me lo presento Demi, es solo mi amigo- maldito fuera mi cerebro que no ayudaba cuando necesitaba inventar una mentira.

Él rodó los ojos.

-Bien no me lo digas.

Mi teléfono sonó y agradecía a quien hubiera interrumpido este interrogatorio de Max.

-Jay te quiere en el piso 7 para interrogatorio- la voz de la secretaria hablo a través de la línea yendo al punto como siempre, sin siquiera un Hola.

-Ok, ya voy- no espere una respuesta solo colgué y me gire haci Max -tengo que ir a un interrogatorio.

-Ok... te liberaste de mis preguntas.

Me levante sonriendo y salí atrás de Max, camine al elevador y subí hasta al piso 7, las puertas del elevador se abrieron y camine hasta Jay quien hablaba con un guardia.

-¿A quien interrogo?

-Alexander Ludwig.

-¿Que?

-Él mismo de la otra vez- ya sabia quien era, no iba a olvidar a ese hombre y el estúpido apodo que me dijo.

-Ahora ¿por que?

-Por portar armas sin permiso.

Yo solo asentí.

-Ten cuidado.

-Si – dije rodando los ojos.

-Chris y yo estaremos viendo.

Asentí tratando de no darle importancia a que Chris estaría tras el vidrio. Él guardia abrió la puerta, entre y camine hacia la mesa que estaba en el centro del cuarto.

-Tu- dijo alzando la vista y sonriendo haciendo que unas pequeñas arrugas se formaran alrededor de sus ojos azules.

-Alexander- me senté frente a el- portando armas sin permiso.

-El permiso se me perdió – dijo encogiéndose de hombros como si hablara del tiempo.

-Que lastima, tendrás que quedarte encerrado por eso.

-¿Cuánto tiempo? -pregunto recargándose en la mesa y acercándose a mi, fingiendo que no le importaba el tiempo que pasaría en la cárcel.

-48 horas, ¿por qué portabas el arma?

-Seguridad -se encogió de hombros de nuevo.

-¿Seguridad?- pregunte tratando de sacarle información.

La Amante Del Diablo (Justin Bieber y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora