51. Encarcelada.

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— Debe ser una equivocación.— Comenta Alex negando incrédulo.

— No lo es, la señorita Morelli está siendo acusada por el asesinato de la señorita Matilda Jones.— Fruncí el ceño.

— Yo no la maté.— Mencioné y Marcus me llevó con él dejando a los chicos atónitos.

— Tenemos testigos que prueban lo contrario.— Me detuve. Aaron y Alex llegaron a mi lado.

— ¿Qué testigos?— Preguntó Aaron.

— Confidencial.— Volvió a caminar pero esta vez puse resistencia.

— ¡Marcus, suélteme! ¡Soy inocente!— Chillé. Marcus se detuvo y me cargó hasta el auto. Alex y Aaron fueron detenidos por otros oficiales para que no detuvieran a Marcus.

Llegamos hasta la patrulla y me dejó en el suelo para abrir la puerta, me tiró en los asientos.

— Uno, aprende que soy Malcolm.— Sonríe.— Dos, no eres inocente hasta que se demuestre lo contrario.— Lo fulminé con la mirada y cerró la puerta.

Me senté bien y miré por la ventana, vi a las hermanas Materazzi despedirse con la mano mientras una sonrisa se les dibujaba en el rostro.

Esas malditas me las van a pagar.

Les enseñé el dedo del medio, ellas colocaron su mano en el pecho de forma dramática mirándome ofendidas. Luego rieron y chocaron los cinco.

Respira, Cassidy.

Abrí la puerta como puede y caminé hacia ellas con el ceño fruncido y la rabia a mil... Pero Marcus me detuvo y me llevó de nuevo al auto policial.

El auto arranca, Alex y Aaron salen corriendo fuera del instituto y miran el auto irse.

Pasan los minutos y ya tengo un plan de escape. Pero no lo hago. ¿Para qué? Parecería que soy la culpable y sé que no lo soy.

En fin, llegamos a la comisaría y me sacan del auto.

No me opongo.

Llegamos a una celda, me quitan las esposas y masajeo un poco mis muñecas, estaban un poco apretadas. Entro en la celda y me siento en el intento de cama a esperar qué coño va a pasar.

Horas después...

— ¡SÁQUENME DE ESTA MIERDA! ¡ESTOY ABURRIDA Y YA NO TENGO HILO PARA HACERLE NUDITOS!— Grité moviendo las rejas descontroladamente.

Hace rato, no tenía que hacer y comenzaba a exasperarme. Encontré un hilo en el suelo y empecé a hacerle nuditos hasta que no pude más... Ahora estoy así.

— Debe acompañarnos, señorita Morelli.— Llega un policía abriendo la celda. Salí y me llevaron a un cuarto de paredes grises, dos sillas y una mesa de por medio... Como en la televisión.

Me dejaron sola y me senté en una de las sillas.

— ¿Me pueden traer un hilito o algo con qué entretenerme?— Pregunto en voz alta pero nadie vino a salvarme, me crucé de brazos cual niña pequeña.

Una mujer castaña entra a la habitación con una carpeta.

— Oficial Jessica Russell.— Se presenta extendiéndome la mano. Levanté una ceja y la acepté.

— Cassidy Marie.— Me presento. Ella se sienta en la silla restante y entrelaza las manos sobre la mesa.

— ¿Dónde estuvo ayer a las diez treinta de la noche?— Preguntó interesada.

Cassidy. - [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora