Cassidy. - [TERMINADA]

22. ¿Maldito Doctor?.

Max apaga el auto y salimos de él. Alex me tiene en sus brazos mientras nos adentramos al edificio. Fuimos a la recepción en donde una mujer teclea en un computador. Ella aparta la mirada de artefacto y nos mira con una sonrisa.

— Señor Coleman,— Mira a Trent.— señor Reeve,— Mira a Max. Ya he conocido a tres Reeve en esta semana... Qué buena suerte tengo.— ¿qué los trae por aquí?.— Su sonrisa se amplió. No me cae bien esta mujer. Sin decir mentiras, mira descaradamente a los dos señores y a Alex.

— ¿No me está viendo, pedazo de aborto de nomo?.— Creo que me alteré. La enfermera me miró mal.

Sé que no soy nadie para proteger a los dos señores pero es un sentimiento, una necesidad que tenía que hacer. ¿Cuál es la razón de hacer esto por dos personas que apenas conozco? Ni yo misma sé pero tenía que hacerlo.

— Un momento...— Dice la enfermera de mala gana y hace quién sabe qué en la computadora.

***

— ¡DÍGAME DÓNDE MIERDA ESTÁ EL DOCTOR!.— Le grito a la enfermera mientras la amenazo con un bolígrafo.

— ¡Cassidy, suelta a la enfermera!.— Exclama Alex mientras trata de separarme de ella.

— ¡Señorita, suélteme!.— Comenta la enfermera quien trata de huir de mí.

— ¡TENEMOS CASI UNA MALDITA HORA ESPERANDO A QUE USTED LE DE LA PUTA GANA DE DEJAR DE JUGAR SOLITARIO PARA LLAMAR UN JODIDO DOCTOR Y CURARME ESTA MIERDA!.— Grito alterada. Trent y Max sólo se reían.

— Se parece a mi hermana.— Escucho a Max y Trent asiente.

— ¡Maldito Doctor!.— Exclama un emocionado Trent. ¿Escuché bien? ¿Dijo maldito doctor y no pasó nada?.

— ¡Hey, Trent! ¿Cómo va todo?.— Dijo el doctor tendiéndole la mano que Trent, gustosamente, recibió para luego abrazarlo.

— Muy bien, gracias por preguntar. No nos vemos desde que apuñalaron a Austin... No es el mejor recuerdo.— Trent hizo una mueca y el doctor negó divertido.

— Y bien, ¿a qué se debe su visita?.— Preguntó el doctor, Alex dejó de halarme.

Y aquí salgo yo.

— Hola doctor.— Digo amable. Camino hacia él, cojeando para no lastimarme el tobillo. Él me mira y luego a mi tobillo.— Si, lo sé. Mi tobillo es hermoso en éste momento.— Ironizo y el doctor ríe.

— Ésta chica me recuerda a...— Y escuchamos un grito desgarrador que hizo que se me pusiera la piel de gallina, miré asustada al doctor.

— Si me quedo aquí para curarme el tobillo, ¿no me matarán?.

— No.— Dice rápidamente.— ¿Cuánto tiempo tiene aquí?.— Preguntó y rápidamente me giré para ver a la maldita enfermera. Alex me tomó de la cintura para no matarla, porque todavía tenía el bolígrafo en la mano.

— ¡TENEMOS CASI UNA HORA PORQUE...!.— Alex me tapa la boca para no seguir gritando.

— Sólo cure su herida o va a haber un homicidio.— Escuché a Alex. Yo sólo fulminaba con la mirada a la enfermera y el doctor rió. Lamí la mano de Alex y él miró asqueado su mano para después limpiarla con mi ropa mientras me fulminaba con la mirada.

— Síganme...— Alex me cargó como saco de papas. Miré a la enfermera y le grité:

— ¡MALDITA!.— Y desapareció de mi visión al pasar las puertas.