Cassidy. - [TERMINADA]

44. Llegó la hora.

Abrí el bolso y busqué la hoja doblada. Lo tomé y lo observé por un momento. Me siento nerviosa y no sé porqué. Desdoblé la hoja... Aquí vamos.

"Marie... Encontraste la carta, me alegra mucho que lo hagas.

Hay tantas cosas que quisiera decirte pero no puedo porque no tengo mucho tiempo también porque apenas tienes dos años y no entenderías.

Ese es el motivo de la carta, porque sé que no podré decírtelo en unos años.

Salvatore intentará matarme, sí, pero recuerda Cassidy, él no es lo que aparenta... Nada lo es.

Espero que no lo odies... Y si lo haces, no te culpo. Sólo ten en cuenta que todos cometemos errores queriendo o no.

Recuerdo la primera vez que te vi, Salvatore te traía en brazos, no sabía qué hacer contigo ni mucho menos por qué tomó esa decisión.

Un tal Lucas White fue al hospital el día de tu nacimiento, te robó de tu madre e hizo un acuerdo con Salvatore; hacer sufrir a tu madre.

Todo esto, tiene un porqué; Lucas sufrió porque ella no lo amó y quería que ella sintiera un poco de ese sentimiento. Mientras que Salvatore, quería una venganza por el encarcelamiento de Antoni.

Tus verdaderos padres son Trent Coleman y Dakota Reeve, no Salvatore y yo... No eres una Morelli, Cassidy..." Una línea mal echa fue lo que siguió... No pudo terminar la carta.

Lágrimas corren como cataratas por mis mejillas.

Mi vida fue una maldita mentira. Lo que pensaba y juraba que era cierto, no lo fue.

El culpable de mi sufrimiento fue Salvatore.

¿Qué ganaba con hacer que odiara a Dakota? ¿Qué hacía con una venganza tan cruel incluyendo a una persona que ni al caso? ¿Antoni saldría de la cárcel? En el caso de Lucas, ¿haría que Dakota lo amara?.

Ya entiendo lo que me dijo ese cabrón en la reunión de mafiosos.

Me hicieron creer que Dakota mató a Grace.

Me hicieron creer que no tenía madre.

Me hicieron creer que no podía confiar en otras personas cuando, en realidad, no podía confiar en ellos.

Me hicieron creer que era una Morelli, un apellido que llevaba con orgullo y defendía a capa y espada.

Me hicieron creer una vida que no era verdad, no era mía.

Grace me dijo que no odiara a Salvatore pero es inevitable.

¡Mi vida es una puta mentira!

— ¡Maldito!— Espeté cabreada golpeando mis muslos. Arrugo la carta y la tiro en alguna parte de la habitación. Jalo un poco mi cabello llena de frustración y me derrumbo, coloco las manos en mi rostro.

Quisiera golpear todo, quisiera golpear a Salvatore. Menos mal que ya maté a Lucas aunque si hubiera sabido esto antes, lo fuera torturado.

— ¿Estás bien?— Levanté la mirada y vi a Jake en el umbral de la puerta con una mano en el pomo. Niego y vuelvo a la posición que tenía. Siento que el colchón se hunde a mi lado y miro a Jake. Sin poder controlarlo, lo abracé.— ¿En serio, no estás embarazada?— Suelto una risilla y negué para seguir llorando. Jake pasa su mano por mi espalda.— Tranquila, todo pasará.— Me separó de él y niego con una sonrisa irónica.