Cassidy. - [TERMINADA]

13. Clase de literatura.

Llegamos al salón, en donde tenemos la clase de literatura. Habían estudiantes que hablaban entre sí, pero al vernos, se callan. Nos sentamos en las últimas mesas. Los demás nos miraban y murmuraban, estoy harta y eso que es sólo el segundo día, no quiero saber cómo serán los demás.

-¡Maldita sea, compren una vida! -grito molesta.

Todos se sobresaltan y se callan, Alex me mira y sonríe de lado.

Por lo menos, no se escucha como si estuvieran rezando.

Llegan Lily, Vanessa y Cristal, riendo. Cuando ven que todo está en silencio, se callan, mirándolos a cada uno.

Alex y yo subimos los pies en la mesa que están al frente, sonriendo.

-¿Vieron un fantasma o qué? -interrogó Lily colocando su bolso en una de las sillas.

Vanessa giraba mirando a todos y cuando digo giraba, lo digo porque parecía un remolino. Cristal no cerraba la boca.

-Nos presentamos; fantasma Cass -Me señala-, fantasma Alex -Se señala, rodé los ojos y golpeé su cabeza.

-Un fantasma no fue -Sonreí satisfecha. Las tres fruncieron el ceño, unas confundidas y otra disgustada.

-¿Qué? -hablan Lily y Cristal en unísono.

-Yo quería ver el fantasma -Vanessa hace un puchero.

-¿Qué hicieron? -preguntó Cristal.

-Hoy no hicimos nada -Me encogí de hombros, pero ellas nos miraban dudosas-. Ustedes verán si me creen.

Entran Matilda y sus "amigas", se detienen en seco al entrar, se nota el ambiente tenso. Me mira enojada y yo, sin comprender su estado, sólo le sonrío de medio lado.

Se sienta sin decir nada, y cada vez pienso que la gente está loca. En serio estoy considerando y tener clases en casa.

Las chicas me miran sorprendidas, se acercan a mí de forma exagerada, haciendo que me eche un poco para atrás.

-¿Qué has hecho? -pregunta Vanessa.

-No he hecho nada -respondo encogiéndome de hombros y tratando de no reír.

-Eres mi heroína -comenta Vanessa y se va saltando.

-Te admiro -Sonrió Cristal y se fue con Vanessa de la misma forma.

-Tienes agallas -habla Lily sonriendo levemente, y ésto causa una rara reacción, aunque no es la primera vez que lo hace. Alex se le queda mirando, hipnotizado, por poco babea... Eso es sospechoso. Después lo molestaré-, nadie ha hecho esto. Pero llegaste tú y en dos días, ya tienes a todo el instituto a tus pies -Me sonríe.

Matilda se levanta de la silla, molesta. Ya que la veo mejor, tiene un moretón en la mejilla, está maquillado pero se le nota un poco hinchado.

-¡Ella -Me señala- no tiene a nadie a sus pies!

-Es de mala educación oír las conversaciones de los demás, ¿no te lo enseñaron? -hablé haciendo un ademán con la mano.

-¡No seas imbécil! -grita.

En ese momento, llegan Tom y sus amigos.

-¿Imbécil yo? Mírate, me estás gritando sin ninguna razón -respondí tranquilamente con una sonrisa burlona y controlándome de todo impulso de querer tirarle una silla en la cabeza.

Cierra los puños volviéndolos blanco y se acerca peligrosamente a mí.

-No te metas conmigo o te arrepentirás -espetó entredientes, mientras seguía manteniendo la sonrisa, me levanto de la silla y me acerco a ella, haciendo que retroceda un poco.