Cassidy. - [TERMINADA]

Y que especial de Año Nuevo.

Cassidy pov's

Escucho la puerta abrirse y comienzo a lamentarme por dentro, siento unos leves golpeteos en mi mejilla. Bufé y abrí los ojos lentamente para adaptarla a la luz que traspasa por la ventana.

Miré al niño de dos años mirándome expectante. Observé a mi lado notando que Aaron no se encontraba, él está molesto conmigo porque piensa que tengo algo con Pietro ya que he ido varias veces estos últimos meses, pero lo hago sólo porque estoy haciendo negocios con él.

Nadie sabe que volví a ello pero han sido unos cargamentos, la última vez que fui, era para verificar la última entrega. Luego de eso, le prometí a Pietro y a Gianfranco que no volvería a las andadas.

Y es que nuestras vidas han sido muy tranquilas desde que volví en la boda Alessandro y Lily, y no quiero arruinar eso por malas decisiones, no puedo ser egoísta. Además, tengo razones para no volver.

Nos encontrábamos en una cabaña que Alessandro había comprado para fechas especiales o cuando nos queríamos despejar de la ciudad, la cabaña estaba fuera de la ciudad.

Es grande, con varias habitaciones pero con sólo dos baños. La decoración es rústica, pero es agradable, acogedora y linda, y como saben, esta gente es loca, y comenzó a hablar de varios temas, creo que se acostaron a las cinco de la mañana.

Me acosté a eso de las dos, Aaron se acostó antes y cuando sintió la cama moverse, a los minutos se levantó yéndose. Tenía la esperanza de que hubiera vuelto al rato y que lo fuera encontrado acostado a mi lado... Pero no.

—Ya voy —hablé roncamente, Sandro sonrió y se fue corriendo mientras tocaba una campana. Él sabe que si lo hace mientras duermo, lo jodo.

Hoy era treinta y uno de diciembre y volveremos a Nueva York, habíamos estado desde el veinticuatro aquí.

Suspiré pesadamente y me quité las sábanas de encima, me levanté tomando mi cepillo de dientes, jabón y toalla. Salí de la habitación y caminé por el pasillo hasta encontrar la fila esperando entrar al baño.

Frente a mí se encontraban Cristal, Jake y, Rubí, la hija de Anne. Se animó a volver a adoptar, la conocí al final de la boda de Alessandro y Lily. Ahora tiene diecisiete y Anne la sobreprotege un poco.

—¡¿Dónde mierda está Rubí?! —exclamó como madre dócil y relajada que es. Rubí puso los ojos en blanco y, en ese momento salió Max con una toalla rodeándole la cintura y su cepillo de dientes en mano como si fuera un micrófono.

—¡Yo no olvido no, no, no, al año viejo porque me ha dejado cosas muy buenas! —cantó, o más bien gritó mientras bailaba— ¡Me dejó una chiva, una burra negra, una yegu...! —Dakota salió de su cuarto y le lanzó un zapato, golpeándole la cabeza.

—¡Cállate, Maxwell, las personas intentan dormir! ¡Para esto no vine a un lugar donde se supone que voy a estar tranquila y no oyendo tus gritos de urraca dando a luz! —Y cerró la puerta.

Max puso una cara de perrito mojado.

—Qué mala —Negó y se fue a su habitación, cabizbaja. Rubí entró al baño y Anne apareció por el pasillo.

—¿Y Rubí? —preguntó mirándonos intercaladamente.

—En el baño —respondió Jake. Anne nos miró por un momento,  caminó hacia el mismo y abrió la puerta.

—¡Mamá! —chilló... Creo que ya se encontraba desnuda.

Dios mío, a pesar de los años, sigo diciendo que esta familia no es normal.

—Necesitaba verificar —Se encogió de hombros y cerró la puerta. La vimos irse tranquilamente y luego, miré a Jake.

—Espero que no hayas visto nada —Jake rió.