Cassidy. - [TERMINADA]

32. Plan infalible.

Salvatore pov's

Desperté y fui a mi baño para ducharme, me vestí con uno de mis trajes y salí de la habitación. Voy al comedor y mi madre me sirve la comida.

Charlamos con normalidad, tranquilidad y sin tener que ocultar nada.

Todo estaba calmado, ahora sí podré descansar.

Quisiera que sea siempre así pero yo elegí esto.

El día no fue tan productivo y agotador. Llevé a madre a visitar la lápida de papá, maté uno de mis guardaespaldas por traición, descubrí que Luigi Materazzi está en coma... Dicen que hierva mala nunca muere y ésta es la prueba. Quizá le dé una rápida visita.

Luego fui al hospital.

Bajé del auto y varias personas se me quedaron mirando, me es normal. Ayer no me pasó esto porque estaba informal.

Entré al hospital encontrándome a William Lederberg por casualidad y me llevó a la habitación 510, ahí estaba Cassidy.

— Vivirá en unos minutos.— Dijo y yo asentí. Me senté en un sofá y saco mi celular.

De: Alessandro.

"¿No vendrá al funeral de tu "hija"? No pensé que fueras así."

De: Salvatore.

"No iré y no me interesa lo que pienses de mí."

De: Alessandro.

"Odio llevar tu sangre..."

De: Salvatore.

"Es una lástima."

No recibí respuesta y es lo mejor.

El monitor cardíaco comenzó a sonar... Cassidy está viva.

Lederberg entró a la habitación y comenzó a examinarla. Marie sigue dormida y, según William, es preferible que lo esté.

Marie nunca murió... No totalmente. Lederberg le inyectó un líquido que hizo a sus signos vitales bajaran considerablemente y lograr hacerla pasar por muerta. Funcionó a la perfección.

No sólo se lo creyó Dakota Reeve, sino que Alessandro también lo hizo y él es una de las principales amenazas.

La persona que está en el ataúd donde se supone que está Cassidy, es el traidor de mi guardaespaldas... ¿Quién iba a pensar que a quien le disparó Marie aquel día que iba a matar a Trent Coleman, era un traidor? Yo sí pero no lo maté antes porque necesitaba que hiciera algunas cosas pero Marie no lo sabía.

En fin, todo salió como lo planeé.

Salí de la habitación para ir a la cafetería y comprar un jugo para luego volver al cuarto.

— Espero que no haga nada en mi contra.— Escuché a Lederberg al sentarme de nuevo.

— Qué inseguro es.— Él me mira.

— No me es de fiar.— Tuvimos una pequeña pelea de miradas pero desvió la mirada.

— No le pasará nada si hace lo que yo le pido.— Me encojo de hombros y bebo del jugo.