21-Feliz Año Nuevo

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Año Nuevo en la Madriguera era una fiesta que ni los gnomos de jardín querían perderse.

Generalmente la casa estaba atestada por el período Navideño, pero ese año muchos habían decidido pasar esa fiesta con la familia de sus parejas.
A Molly Weasley le encantaba tener tantos invitados en casa. Al principio se había sentido algo mal, después de todo la casa no era una mansión, pero cualquier inquietud se había desvanecido con el avance de la noche. Con sus nietos alborotando por la casa, sus hijos hablando y riendo, su marido dándole la mano y el resto de invitados sonriendo se sentía feliz. Hubo muchos años en los no creyó que esa felicidad fuera posible. Desde la pérdida de Fred...

Había sido una época difícil. Siempre había creído que le quedaría un vacío que nunca podría llenar. En parte había tenido razón: ese hueco nunca se había llenado, después de todo había sido la muerte de su hijo la que lo había provocado, pero con el paso de los años y el aumento de su familia había empezado a recordar a Fred no sólo con la amarga mezcla de dolor y amor, también con cariño.

Le alegraba mucho que George también hubiera aprendido hacerlo. Su hijo había estado más de un año deprimido por la muerte de su gemelo. Había intentado de todo para ayudarlo, pero de poco había servido. Hubo días en los que la desesperación la hizo temer que perdería a otro hijo.

Pero ahí estaba George ahora, riéndose del brazo de Angelina, la mujer que lo había apoyado durante ese deprimente año y los siguientes, que lo había ayudado a seguir adelante.

Percy miró molesto a su hermano antes de decir algo que Molly no llegó a oír. A su lado su mujer, Audrey, rodó los ojos y le dió unas palmaditas en el hombro.

Charlie le hablaba a Bill sobre sus últimas aventuras cuidando dragones.
Fleur se encontraba hablando con Lily y Rose. Era extraño ver a la menor de la familia sin Hugo. Molly encontró a su nieto en el umbral de la cocina, discutiendo con Dominique.

-Te he dicho que aún no están listos.

-¿De qué sirve tener un postre si no podemos comerlo?-sé quejó la pelirroja.

Desde pequeño su nieto Hugo había mostrado un gran interés por la cocina. La había ayudado siempre que podía a preparar las comidas familiares, y cuando se enteró de que tal vez ese año no había postre (Molly podía ser una mujer fuerte, pero hasta los años pasaban por ella) se había encargado de reclutar gente para prepararlo entre todos.

-Les falta frío-le explicó, con una madurez que no era propia de un chico de casi catorce años (Hugo cumplía el siete de enero).-Podrás comer en unos minutos.

Dominique se quejó un poco más, pero acabó por desistir. Lo siguiente que supo Molly era que su nieta estaba bebiendo una copa de champán. Al verla Bill alzó una ceja en su dirección. Dominique se encogió de hombros y siguió bebiendo, ignorando la mirada de su padre. Roxanne y Molly se la quedaron mirando, pero su prima no se dió por aludida.

A parte de la familia Weasley al completo (a excepción de Teddy y Victoire, que se habían quedado un par de días más en Francia con su abuela materna y Ginny, que había ido a buscarlos al aeropuerto) también se encontraban celebrando el  Año Nuevo los Longbottom, los Scamander y, extrañamente, Oliver Wood y su familia. Los primeros habían sido invitados por la estrecha relación entre las familias, los Wood porque Oliver, a parte de llevarse bastante bien con sus hijos, le había dicho al encontrarse esa mañana en el callejón Diagón que no iban a celebrar Año Nuevo esa noche.

<<Katie está cubriendo una noticia en el extranjero y mis padres se han ido de viaje>> le había explicado.
Molly les había invitado sin pensarlo ni un segundo.

Hogwarts es sinónimo de problemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora