48-¿Qué ocurre si un boggart se mira en un espejo?

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-Venga, Lyssander, tú puedes.-la animó Louis con la voz más amable que poseía.

Lyssander, sin embargo, no estaba del todo convencida de que pudiera. Llevaban más de una hora en la orilla del lago, intentando enseñarle a  nadar para la primera prueba, pero no tenían mucho éxito.

Tras descubrir que la primera prueba ocurriría en el Lago Negro la emoción había sido sustituida rápidamente por el pánico, pues a sus dieciséis casi diecisiete años de vida Lyssander Scamander no tenía ni idea de cómo nadar.

Louis se ofreció a enseñarle (ambos protegidos con un hechizo que retenía el calor a pesar de estar en el agua, claro está, no iban a morirse de frío), pero nada funcionaba.

-Es impresionante la capacidad que tiene Lyssander para no flotar.-murmuró Alice, bastante asombrada.

En el lago Louis la soltó unos cinco segundos para que lo intentara ella sola, pero Lyssander acabó boca abajo y con los brazos abiertos y chapoteando, como si fuera una estrella de mar. Después se hundió hacia el fondo. Louis la sacó al momento.

-¡NO!-gritó Lorcan de pronto. Alice giró la cabeza hacia él. Hasta ese momento Lorcan se había mantenido tranquilo, leyendo El Profeta con su cara de muerto de siempre. Ahora, sin embargo, parecía realmente enfadado.

-¿Qué pasa?-preguntó Alice.

-Escucha esto que ha escrito Porvona Skeeter en la sección del Torneo: La representante de Hogwarts Lyssander Scamander no podría ser un mejor ejemplo de que familias tan caóticas como los Scamander y los Lovegood no se deberían juntar. Aun dejando a un lado su extravagante aspecto físico la señorita Scamander cuenta con una personalidad inestable que la ha llevado a episodios de insomnio y ansiedad. El anterior director, August Belduke, asegura que si por él fuera habría pedido que la internaran en un ala de San Mungo para asegurarse de que no se haga daño a sí misma.

-Wow, El Profeta mintiendo o exagerando la realidad para ganar lectores, estoy asombrada.-ironizó Alice.

-No solo hablan de Lyssander, no tienen intimidad por nadie.-se quejó Lorcan, señalando esa sección del periódico.-Siguen publicando acerca del caso de Belduke e indagando sobre la vida de Lestboirnes, hablan sobre la situación de Scorpius y su padre como si no fueran personas reales y mira que ha escrito sobre Hugo: Amor en la nueva generación ¿Podría Hugo Weasley, el hijo de la Ministra de Magia, tener un romance secreto con su amiga Ilya Kovalkova? Tal vez haya sacado el gusto de su madre por los estudiantes de Durmstrong.

Alice no pudo evitar echarse a reír al escuchar esa última parte.

-Vale, eso último no me lo esperaba, pero estoy de acuerdo contigo. Lo que está haciendo Porvona no es normal y… ¿ese es Caleb?

Alice le quitó el periódico de las manos. En la página donde se hablaba sobre el caso de Belduke, abajo en una de las esquinas, había una fotografía de la madre de Lestboirnes, Regina, acompañada de dos personas. Una era una mujer, Alice supuso que sería Alex Castillo, la abogada principal de Regina en el divorcio y la amiga de Victoire (a la que Alice había escrito para pedirle ayuda, pues por suerte Alex trabajaba en el bufete de sus padres, que eran muggles, por lo que las amenazas de Belduke no la afectaban demasiado). La otra persona que acompañaba a Regina era, sin duda, Caleb. Alice podía reconocer ese pelo rizado y esa mirada molesta en cualquier lado. Además, al lado de la foto venía el titular: Un muggle como ayudante en un caso del mundo mágico ¿Hasta dónde vamos a llegar con el tema de la inclusión? El artículo no era demasiado amable con los muggles.

Alice arrugó el periódico y lo lanzó a la otra esquina.

-Al menos podías haberme dejado a mí, llevo más tiempo indignado.-se quejó Lorcan.

Hogwarts es sinónimo de problemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora