-¿¡Por qué!?-exclamó James al darse cuenta de quién sería su compañera de castigo.-Esa es mi línea-masculló Astrid cruzándose de brazos.
James se giró hacia ella y abrió la boca, dispuesta a gritarle algo de vuelta cuando Hagrid comenzó a explicarles la situación. McGonagall pensó que debido a que ambos se llevaban bien con el semi-gigante Astrid y James pelearían menos y se comportarían. No pareció tener en cuenta que esos dos eran como el agua y el aceite.
-Entiendo que yo esté aquí, pero ¿Por qué ella?-preguntó James.
Astrid chasqueó la lengua y miró hacia cualquier dirección.
-Es una larga historia-masculló.-Y no, no te la voy a contar-añadió.
James cerró la boca, pero no por mucho tiempo.
-¿En qué consiste este castigo?
-Tenía una cría de dragón (cortesía de tu tío Charlie) para las próximas clases, pero cuando se la estaba enseñando a los de séptimo uno de los alumnos entró en pánico y la cría de asustó. Ha huido al Bosque Prohibido y debemos encontrarla antes de que le ocurra algo-explicó Hagrid.
Parecía bastante preocupado, pero James pensó que era normal. Hagrid siempre había querido un dragón. Su padre le había contado como una vez, cuando iba en primero, había tenido un dragón llamado Norberto. La historia no había acabado bien: el dragón fue devuelto y su padre castigado.
-Al menos no me ha tocado limpiar-murmuró Astrid.
-Cierto, las cosas oscuras y tenebrosas son lo tuyo ¿Verdad serpiente?
Astrid miró a James detenidamente durante unos instantes.
-Probablemente has intentado sonar ingenioso, pero solo ha sido estúpido y convencionalista.
-¿Qué acabas de llamarme?
-¿Palabras demasiado complicadas?
Hagrid silbó para llamar la atención de los dos estudiantes.
-Estamos a punto de entrar en el Bosque Prohibido-les recordó. En efecto estaban al lado de la cabaña de Hagrid, justo a los límites del bosque.-No creo que deba recordaros lo peligroso que es. Sobre todo a ti James. Tu padre por poco pierde la vida en más de una ocasión.
-Si no hubiera sido por las acromántulas...-murmuró James.
-Las acromántulas son seres incomprendidos y llenos de prejuicios.-las defendió Hagrid.
El semigigante les hizo una señal para que lo siguieran. Un perro negro y bastante viejo corrió hacia Hagrid y comenzó a revolotear entre sus piernas. Hagrid lo acarició durante unos segundos antes de continuar.
Astrid y James siguieron al semigigante de cerca.Internarse en el Bosque Prohibido era peligroso.
Uno solía pensar que su alma aventurera de Merodeador le haría pensar en ese sitio como un lugar fascinante. Pero no era así. Su padre se había encargado de contarle las suficientes historias cuando era pequeño para no querer pisar ese lugar. Irse a dormir por las noches con historias sobre acromántulas, centauros y dementores le había provocado miedo hacia ese lugar.
Estaba aterrado y tenía ganas de salir huyendo, pero se mantenía detrás de Hagrid, siguiendo sus pasos de cerca. Mientras estuviera con Hagrid y no se saliera del camino no podía pasarle nada malo.
-Aquí nos separamos-comunicó de pronto el guardabosques.
-¿¡Cómo!?-gritó James.
Astrid había alzado las cejas, sorprendida, pero no dijo nada más.
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Hogwarts es sinónimo de problemas
Fiksi PenggemarTodo comenzó con una broma y, segundos más tarde, unas letras que decían <<Las señoras Delirio, Grim, Macabra y Mandrágora tienen el honor de presentarles su primera broma y advierten a los Merodeadores II de que ya no son los únicos bromistas...