9-Y la serpiente contó su historia

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A mediados de Diciembre, Lucy podía hacer una lista bastante larga sobre todo lo que había aprendido de Lyssander, Alice y Astrid desde aquella tarde de Septiembre, comenzando por la hiperactividad de Alice, pasando por la manera de ser de Lyssander hasta el extraño y reciente descubrimiento de la pasión de Astrid por la música de los 80.

Creía que ya no había nada que pudiera sorprenderla. Por eso nunca se esperó despertarse a la una de la mañana con la mano de Lyssander tapándole la boca. La rubia se encontraba en la habitación, al lado de la cama. La mano libre se la había llevado a los labios, indicándole que guardara silencio.Luego señaló la puerta. Le quitó la mano de la boca y se escabulló fuera de la habitación.

Lucy necesitó un par de segundos para que su corazón recuperara su ritmo cardíaco habitual. Se llevó la mano al pecho y respiró un par de veces, intentando calmarse.

No se preguntó cómo Lyssander había sido capaz de entrar en la torre de Gryffindor, despues de todo las cuatro tenían las contraseñas de cada casa. La verdadera pregunta era por qué Lyssander había irrumpido en su cuarto a la una de la mañana.

Pero solo había una manera de obtener la respuesta.

Se calzó las zapatillas, agarró la varita y se puso la bata antes de salir, intentando no despertar a ninguna de sus compañeras.
Bajó las escaleras corriendo, pero Lyssander no estaba en la sala común. Anudándose la bata com fuerza decidió salir.

Lyssander estaba en el pasillo, pero para su sorpresa tambien se encontraban Alice y Astrid. La primera tenía unas grandes ojeras y los ojos de la segunda estaban entrecerrados. Lucy podía pensar que estaba intentando amenazar a alguien con la mirada sino fuera porque Astrid miraba a una escalera. Y dudaba mucho que Astrid tuviera rencor contra ella.

-Ahora que está Lucy ¿vas a decirnos por qué nos has despertado?-bostezó Alice, golpeando a Astrid en el hombro para despertarla.

Lyssander puso los brazos en jarras.

-Vamos a conseguir un arbol de Navidad-les explicó.

Hubo unos segundos de silencio, el tiempo que tardaron en procesar la información.

-¿¡Un árbol de Navidad!?-repitió Lucy.

-¿¡Estás majara o qué te ocurre!?-se desquició Alice.

Astrid no fue tan sútil.

La slytherin se dio la vuelta sin decir ni una palabra y comenzó a caminar de nuevo hacia su casa.

Alice y Lucy la agarron por los brazos. Mientras ellas miraban a Lyssander exigiendo una explicación, Astrid seguía intentandi avanzar. Por suerte su fuerza parecía reducirse considerablente cuando tenía sueño.

-Estuvisteis de acuerdo en conseguirlo-les recordó Lyssander.

-¡Pero no a estas horas!-exclamó Alice.

-¿Y? Mañana cada una se irá a su casa a pasar las Navidades. Tenemos que aprovechar y conseguir un árbol. Además, siempre estamos estudiando por las tardes para los finales, no hemos tenido tiempo-les explicó, con una perpetua sonrisa en el rostro. Parecía que el sueño no le afectaba.

-Esto es una estúpidez. No pienso hacerlo-dijo Astrid.

Una hora más tarde las cuatro se dirigían a la batcueva cargando un pequeño árbol que habían cogido de uno de los hibernaderos.

-¡Pivot! ¡Pivot!-gritaba Lucy en la escalera mientras intentaban girar.

-¡Cállate! ¡Cállate!-exegía Alice, quien estaba siendo aplastada contra la pared por el árbol.

Hogwarts es sinónimo de problemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora