42-Reunión familiar en el baño de Myrtle la Llorona (P.D: traer tarta)

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Amaneció como cualquier otro día de abril: la brisa d la primavera movía suavemente los árboles, los alumnos se preparaban para su último trimestre y la mesa de Gryffindor, más abarrotada que nunca debido a la presencia de las Merodeadoras (y por algún motivo Albus), estaba llena de conversaciones, gente que disfrutaba de sus desayunos y alumnos que estudiaban desde el minuto uno para sus EXTASIS.

-Todavía me faltan la mitad de los temas de historia de la magia y aún no he empezado con la parte de literatura de estudios muggles me va a estallar la cabeza.-se quejó Roxanne, masajeándose las sienes. Estaba hundida en un mar de apuntes, libros y esquemas.

-No seas tan exagerada, todavía tienes mes y medio.-dijo Dominique, que al contrario que su prima estaba mucho más relajada.

-Necesito una nota alta para entrar en la escuela de económicas.-explicó Roxanne. 

-¿Estás nerviosa por eso o porque si lo consigues podrías mudarte con Sam?-curioseó Dominique con algo de malicia.

-Ambas.-respondió Roxanne, que estaba tan ocupada intentando encontrar su esquema sobre la primera guerra mágica que ni siquiera se sonrojó.

-¿Tú ya lo tienes planeado todo?-preguntó Louis a su hermana mayor.

Dominique asintió con la cabeza.

-Solo necesito una buena nota en Encantamientos, DCAO y Cuidado de criaturas mágicas y podré pedir unas prácticas en un criadero de dragones.-sonrió Dominique con orgullo. Quería seguir los pasos de su tía Charlie, y aunque a su padre por poco le había dado un ataque al enterarse su madre no le había dicho nada, después de todo ella a su edad estaba participando en el Torneo de los Tres Magos.

-Séptimo parece tan estresante.-se quejó Rose.-Es decir, yo ya tengo claro que me voy a dedicar al diseño de moda, pero la idea de tener que pasar exámenes…

-Tú aún tienes sexto, nosotros nos enfrentamos a ese infierno el año que viene.-se quejó Alice, señalando la montaña de libros de Roxanne.

Poco a poco el tema de los EXTASIS comenzó a adueñarse de la mesa hasta que todos estaban hablando sobre ello. Bueno, todos no.

Albus miraba su plato con cara de pocos amigos y aplastaba los huevos con el tenedor, alicaído. James, que se encontraba en frente, le golpeó ligeramente el hombro para llamar su atención.

-¿Estás bien?

-Sí.-respondió Albus, pero estaba claro que mentía.

-¿Ha pasado algo con Scorpius?-desde que Albus le había contado que estaba enamorado del slytherin James lo había estado animando y apoyando para que se declarase, pero ahora tenía miedo de que lo hubieran rechazado.

-Algo así…-murmuró Albus. Miró hacia la mesa de las serpientes. Scorpius lo estaba observando, pero en cuanto sus ojos se cruzaron con los de Albus bajó la mirada. Parecía incluso más triste que él.-No preguntes ahora por favor, solo no quiero hablar.-le explicó a su hermano, pues ya veía a James abrir la boca para hacer otra pregunta.

-De acuerdo. Estoy aquí si necesitas cualquier cosa.

-Gracias.-aunque no tenía muchas ganas Albus le dedicó una sonrisa de agradecimiento. Puede que las cosas en casa y con su padre siguieran sin mejorar, pero desde aquella conversación los hermanos Potter solían confiar más el uno en el otro y James daba la cara por Albus cada vez que su padre empezaba a decir algo.

No obstante, había otra persona que no estaba presente en esa mesa, el mismísimo Fred Weasley, que no había aparecido esa mañana en el Gran Comedor.

-Vendrá ¿no?-preguntó Rose.

-Tiene que venir, es el trato.-sonrió Lorcan con algo de malicia.

Hogwarts es sinónimo de problemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora