Astrid no apareció esa noche en el Gran Comedor, ni en las clases del día siguiente, ni en las siguientes. Cinco días pasaron y no había ni rastro de ella.
Lucy le mandó una carta a Astrid para entrar en contacto con ella, pero no hubo respuesta. Cada día que pasaba sin saber qué le había ocurrido estaban más preocupadas. Tal vez sus padres le habían prohibido volver al colegio. Tal vez Belduke la había expulsado por alguno de sus motivos inventados. Intentaron hablar con algún profesor, pero ninguno les dio una respuesta satisfactoria, todo eran escusas y frases de ánimo. Alice se había hartado y había ido a preguntarle al mismísimo director, pero él tampoco le dijo nada.
-El asunto de Astrid está resuelto y no necesita que te inmiscuyas en el.-había respondido Belduke. Esto solo había preocupado más a Alice. Por si fuera poco, el director la había mirado con más desprecio del habitual.-Por cierto, hay unos documentos que faltan de mi despacho. Tú no sabrás nada de eso ¿verdad?
-¿Documentos?-había repetido Alice, haciéndose la tonta.
Sin embargo, por mucho que intentó ocultarlo, no dejaba de temblar ¿Y si Belduke se había enterado? Tal vez por eso Astrid no había vuelto. De algún modo, Belduke había descubierto que habían sido ella y Astrid las que se habían colado en su despacho ¿Y si la habían expulsado por culpa de su plan? Alice sería la culpable de que la hubiera expulsado.
-No tiene ni idea de que habéis sido vosotras.-la había tranquilizado Lestboirnes. Tenía un moratón bajo el ojo y un corte que estaba cicatrizando. Le explicó que había sido el precio a pagar por robarle los documentos sobre los TIMOS y los EXTASIS. Lestboirnes los había cogido del escritorio de su padre en su casa y Belduke no había tardado en descubrir al culpable. No le había dicho qué había hecho con ellos o a quién se los había mandado, en realidad, ni siquiera admitió haberlos robado, pero el golpe le había caído igualmente.
Alice se sintió aún peor al descubrirlo. Ella le había pedido ayuda a Lestboirnes en primer lugar.
La idea de que todo fuera culpa suya le quitaba el sueño por las noches. Ni ella ni Lyssander eran capaces de concentrarse en las clases, lo cual estaba empezando a afectar a sus notas, sobre todo a las de Alice.
-Tal vez no llegó a tiempo al tren.-propuso Lyssander.-Hubo un accidente en una de las carreteras. Tal vez se vio atrapada en medio del atasco.
-De ser así ¿no habría llegado ya?-inquirió Alice. Se había esforzado tanto en mantenerse positiva esas últimas semanas que en esos momentos no le quedaba ningún tipo de esperanza.-No tardas cinco días en comunicar que has perdido el tren.
-Claro…-coincidió Lyssander. Su tono de voz fue mucho más rota esta vez.
-Venga, no nos pongamos en lo peor.-intentó animarlas Lucy. No funcionó. Alice y Lyssander seguían con la misma mirada perdida. Lucy miró a Fred en busca de ayuda, pero su primo no tenía muy claro que hacer.
Se habían reunido en la biblioteca para estudiar (a excepción de Louis y Lorcan) y Fred intentaba ayudar a James y Alice con pociones, pero no había muy buenos resultados.
-Vamos, es simple.-dijo Fred, señalando la fórmula del libro.
Alice estuvo a punto de tirarle la pluma a la cabeza. A su lado, James estaba pasando directamente de todo. Tenía la cabeza apoyada en su brazo y la mirada puesta en el infinito.
-No es simple, no para nosotros.-masculló Alice, que ya estaba harta de que Fred no pudiera entender que no a todos les resultaba tan fácil. En un principio no se había creído que Fred fuera un genio, pero después de la drástica subida de notas del Merodeador en el último trimestre no podía negarlo. A Alice le sacaba un poco de quicio. Ella tenía que esforzarse el triple para aprobar.
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Hogwarts es sinónimo de problemas
FanfictionTodo comenzó con una broma y, segundos más tarde, unas letras que decían <<Las señoras Delirio, Grim, Macabra y Mandrágora tienen el honor de presentarles su primera broma y advierten a los Merodeadores II de que ya no son los únicos bromistas...