40-¿San Valentín o Santa Desgracia?

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-¡Eso es trampa!-exclamó Lucy, levantándose de la mesa.

-Revísate las reglas.-respondió Astrid.

Lucy hizo una mueca y se sacó la carta de la frente. Tenía una imagen de un esqueleto con una guadaña que representaba la muerte. Estaban continuando la partida donde la habían dejado antes de que Belduke las interrumpiera hacía meses atrás. Alice y Lucy se habían aliado contra Astrid y Lyssander, pero la jugada no les había salido muy bien, sobre todo porque Astrid era la persona más competitiva que habían visto en su vida y una estratega maestra cuando se trataba de ganar.

-Vete a la mierda.-le escupió Alice al ver que su amiga sonreía mientras Lucy quitaba su torre del tablero del Monopoly. Podría volver a la partida, pero había perdido todo lo que había ganado durante el juego.

 -La carta del tarot puede ser invocada por cualquier miembro de la mesa cuando quiera.-sonrió Astrid.

-Muérete.-masculló Alice.

-No, eso lo acaba de hacer Lucy.-señaló Lyssander.

A Astrid le encantaba tenerla como compañera de equipo. Sin embargo, la cosa empeoró cuando Alice consiguió una reina en la siguiente repartida de cartas y la usó para destrozar a sus contrincantes. Astrid estuvo a punto de mandar a volar el tablero.

Cuando los Merodeadores entraron en la guarida (a la que empezaron a llamar Estudio 13 en honor a Historia de Pasión) se encontraron con una escena bastante peculiar: Alice con la pernera de su pantalón quemada y un rollo de celo en la mano abalanzada sobre Astrid, quien usaba una tijera rota para defenderse; Lyssander a un lado, con la boca cubierta de celo y envuelta en una manta como si fuera un capullo de mariposa y Lucy intentando separarlas a grito pelado, aunque tenía varios celos en la frente y su mano izquierda estaba atada a la pata de la mesa con un lazo azul.

-¡Que os estéis quietas de una vez!-gritaba Lucy al tiempo que intentaba recuperar su varita (a varios metros de distancia) y usaba las piernas para separar a esas dos (su pié chocó contra la mejilla de Alice y no dejaba de empujarla).

-¡No hasta que haya dejado calva a esta imbécil!-exclamó Alice, cuyo propósito era afeitarle la cabeza a Astrid a base de celo.

-¡Tan solo estás molesta porque vamos ganando!

-Mmpufffhhh.-estuvo de acuerdo Lyssander.

Los Merodeadores observaron esa extraña escena sin saber si debían intervenir o no. Finalmente Louis se acercó a separarlas, pero Astrid le dio un codazo sin querer. Ahí fue cuando el resto de Merodeadores se metieron. Varios minutos más tarde todo volvió a la normalidad, como si nada hubiera pasado, a excepción de Lyssander que seguía con el celo en la cara.

-¿Todo esto por un juego?-preguntó Lorcan, quitándole uno de los celos a su hermana.

-No es solo un juego ¡Au!-respondió Lyssander.

-Es nuestro honor lo que está en juego.-coincidió Lucy.

-¡HONOR!-gritó Alice, que había visto demasiado la serie de Avatar como para no gritar esa palabra de manera dramática.

-¡Si ni siquiera tiene sentido!-exclamó Fred, señalando el tablero.-Tengo una inteligencia superior a la media y me resulta imposible comprenderlo.

-Yo creo que está bastante claro.-dijo James.-Usas las cartas de la baraja francesa para saber el nivel de los peligros o los ataques que puedes lanzar, el Joker provoca una desgracia, la carta del tarot de tu frente es una habilidad o algo que va a pasar pero tu desconoces, el dado te dice cuantas casillas puedes avanzar, las preguntas son para pasar las barreras especiales y el objetivo suele ser rescatar al rey aunque puede variar dependiendo del rumbo de la partida.

Hogwarts es sinónimo de problemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora