50-1° Prueba: Corre, Lyssander, corre

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Muy bien, repasemos como iba el día hasta el momento: no había dormido en toda la noche (o toda la semana, no tenía muy claro cuándo le había vuelto el insomnio), le había sentado mal el desayuno y probablemente había perdido a la persona de la que estaba enamorada.

Aún así, todo podía haber terminado mucho peor.

Oh, un momento, se encontraba en el fondo de un lago, medio inconsciente, rodeada de monstruos marinos y sangrando, por no mencionar que estaba perdiendo la primera prueba del Torneo de los Tres Magos, así que peor imposible.

¿Cómo había terminado Lyssander en esa situación, os preguntaréis?

Pues bien, había que comenzar por el principio…


Lucy se encontraba en una situación un tanto incómoda, pero supuso que cualquiera en su lugar se sentiría igual. Es decir, se encontraba dando un paseo con Gideon por los jardines para decirle de la forma más delicada posible que lo sentía, pero que no le gustaba de manera romántica. Llevaban una hora caminando y seguía sin saber cómo sacar el tema. No quería hacerle daño.

-Hoy estás un poco rara.-se dio cuenta Gideon.

-Tengo muchas cosas en la cabeza.

-¿Es por el partido de mañana?

-Más o menos.-dijo Lucy. Si estaba un poco preocupada por el partido, sobre todo porque desde hacía unos días había una tensión rara entre Ilya y Lily y como empezasen a golpes en medio del partido le iba a dar un ataque. Cogió aire con fuerza. Si lo alargaba más lo único que conseguiría sería darle ilusiones. Cuanto antes dejara las cosas claras mejor para ambos.-Hay otra cosa, en realidad. Algo relacionado con lo nuestro.

-¿Lo nuestro?-repitió Gideon.-¿Ocurre algo malo?

Lucy tragó saliva. Le empezaba a doler el estómago.

-Sí. Verás, eres un chico encantador y me caes bien, pero lo siento, no me gustas más allá que cómo amigo.-se sinceró Lucy.

Gideon la miró durante unos segundos en un tranquilo silencio. Lucy esperaba que no se lo hubiera tomado a mal.

-No mentiré, estoy un poco decepcionado.-confesó Gideon, un tanto incómodo.-Tú a mí sí me gustas de ese modo.

-Lo siento.-repitió Lucy, porque no sabía que más decir. Si por ella fuera no le habría importado que le gustase Gideon, pero los sentimientos era algo que no podía controlar. No había una estrategia o plan o amigos que te cubrieran las espaldas.

-No pasa nada.-le quitó importancia Gideon.-Como dicen en Francia: À qui mieux, mieux. Se usa cuando hay que superar a una persona. Además, puede que en futuro consiga gustarte.

-Puede.-dijo Lucy, aunque no estaba del todo segura de que fuera a cambiar.-¿Podemos ser amigos?

-Sí, claro.-aceptó Gideon, aunque parecía un poco triste. Lucy se sintió aún peor. Definitivamente iba a vomitar.-Pero… ¿te importa si me dejas un rato solo? Necesito pensar un poco.

-Por supuesto.-respondió Lucy.-Nos vemos.

La despedida fue bastante incómoda y Lucy tenía miedo de que las cosas terminaran mal entre ella y Gideon. Cuando había cortado con Louis había sido incómodo al  principio, por mucho que quisieran fingir que todo iba como siempre. Les había costado un poco volver a ser amigos, pero había servido para que Lucy se diera cuenta de que Louis tenía razón cuando cortó con ella: en algún punto, había dejado de sentir algo por él, o por lo menos no como al principio. Por suerte, las cosas habían mejorado con el paso de los meses y ahora era un amigo con el que podía contar.

Hogwarts es sinónimo de problemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora