7. Conoces a todos

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Camino a mi aula y antes de pasar por la puerta, Seyn pone su brazo en el respaldo de la puerta, sin dejarme pasar.

Frunzo el ceño al ver a mi archienemigo. Insoportable hasta los huesos, el pobre inútil.

—¿Qué quieres? Muévete, ser insignificante.

—Darlene.

¿Cómo sabe mi nombre falso?

—¿Me has estado investigando?

Eso ya es pasarse de la raya.

—Desde que te vi ayer, no he podido quitarte de mi cabeza, no me has dejado dormir, mariposa.

—Entonces tomate un somnífero y muérete por sobredosis, así descansarás en paz. Y deja de llamarme mariposa, ¿Qué apodo más inútil es ese?

Agarra mi cabello suavemente.

—Es que eres como una mariposa, bella y frágil —lo besa, puaj.

¿Los insultos no funcionan con este tipo? Antes no fallaban.

Le pego en la mano, para que deje de tocar mi pelo. Deberé ponerme desinfectante en el cabello después, que asco.

—¿Acaso tienes cera en los oídos? Déjame de molestar, alpiste perdiste, no te creas yo, digo Darren —me corrijo aunque no me alarmo por haberme equivocado.

Frunce el ceño.

—¿Lo conoces? No te acerques a ese tipo, es un imbécil.

Sonrío.

—¿Qué dices? Él es muy guapo, inteligente, genial y mejor que tú seguro, alguien superior —muevo mi cabello y parece que se enojo esta vez —. Ya déjame pasar —insisto trás una larga pausa.

—No digas estupideces Darlene —me agarra del brazo —. Darren es un imbécil, nadie lo quiere, ¿Por qué tú... —se lo piensa —. Eso es estúpido, la única persona que quiere a Darren Wein, es él mismo. Sin contar a Eliza, claro. Aunque ella ni un poco se puede contar —se ríe y mueve la cabeza —pobre chica, enamorarse de ese imbécil.

—No nombres a Eliza como si la conocieras —exclamo irritado.

Nadie puede hablar mal de mi novia, sólo yo.

—Tambien la conoces, conoces a todo el mundo —sonríe olvidándose que hablábamos de mí.

Estoy empezando a pensar que este es retrasado ¡No se le puede seguir ninguna conversación! Bueno, nunca le he dejado tener una, más que los puñetazos, no hay forma.

—Olvídalo, quiero pasar —intento empujarlo.

—No hemos terminado de hablar.

—Seyn, deja a la señorita en paz —oigo la voz del idiota de mi mejor amigo.

—No te metas, Jovan. Nadie te llamo —le dice el que se cree malote con su arete.

—Estás molestando a la chica, obvio que voy a meterme.

Hasta que al fin hace algo bien el inútil.

Una chica serás #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora