Una chica serás #1

106. Seyn es mi karma

¿Por qué estoy en la casa de Seyn? ¿Cuál es mi karma? ¿Qué hice para merecer esto?

Muchas cosas, querido.

Cuando la conciencia molesta, mátenme. Demasiadas cosas en un sueño cómo ese.

—No... —habla dormido, no se ve bien. Visualizo que presiona su puño contra la cama, respira agitado y hasta parece que sufre —Basta... cállate.

¿Debería despertarlo? No, no es mi problema. Además, ¿que le digo? Hola, caí mágicamente en tu casa por culpa de una mariposa rara que se metió en mi atrapasueños y me envió hasta aquí con un teletransporte. Sí, claro, eso es muy creíble ¡Por favor, un poco de racionalidad! Encima debo irme, tengo que buscar las llaves y...

—¡Basta! —lanza un almohadón contra su mueble y en un movimiento rápido me oculto tirándome al suelo —Malditas pesadillas —bufa.

Agarro el atrapasueños que está en el suelo, justo en frente de mí, y me quedo tildado cuando Seyn se mueve, se levanta del otro lado por suerte, entonces cuando lo veo oportuno, aprovecho para arrastrarme bajo la cama.

Visualizo sus pies que avanzan por la habitación, los nervios me están matando. Oigo que abre el mueble, desde aquí no lo veo, pero noto que tira ropa sobre la cama.

Bufa.

—¿Dónde está? —parece que no encuentra lo que busca.

¡Ya encuéntralo imbécil, y vete a dormir o lo que sea que vayas a hacer! Tengo que salir de aquí y te necesito distraído.

Sus pies se mueven otra vez, su boxer cae al piso, yo no me asomo ni loco, abre una puerta y segundos después se escucha la ducha. Como sea, es mi momento, me arrastro para en dirección opuesta, me levanto y salgo de la habitación rápidamente.

¡¡Las llaves no están en el llavero!! ¡¿Quién mierda no las pone ahí?!

—¿Jane? —nombra a su hermana —¿Te llevaste mi... —se queda callado cuando obviamente me acaba de descubrir —¿Mariposa?

Mierda.

Me giro a mirarlo, tiene solo puesta una toalla ahí abajo.

—Hola —exclamo sin saber que decir ¿Ya morí?

—¿Quién te abrió? —expresa confundido, al parecer pensaba que era su familiar al venir aquí. Mira un segundo a una de las piezas y observa la habitación de su hermana —Ella no está —expresa pensativo —¿Estoy soñando? Juro que no tome drogas —se dice a sí mismo y luego me observa —¿Cómo entraste? —me mira de arriba abajo —Bueno no creo que importe mucho si me vienes a buscar así —se muerde el labio inferior.

—Yo... —retrocedo cuando se acerca, alzo la mano y veo el atrapasueños —. Traje esto, me di cuenta que lo necesitabas más que yo —me invento.

—¿A las cuatro de la mañana? —levanta una ceja.

—Sí, es que me levanto muy temprano —exclamo nervioso —además, los atrapasueños se usan de noche.

Excusas baratas, no me funcionan las neuronas a esta hora.

Sonríe de lado y se cruza de brazos.

—¿Ah sí? —es obvio que no me creyó.

Frunzo el ceño.

—No sé qué estás pensando, pero yo no vine para lo que crees —camino y apoyo el atrapasueños en la mesa —ya me tengo que ir.

Veo que su mano se apoya sobre la mía, giro la vista encontrándome con su cara.

—Mariposa, viniste y te arrepentiste —siento su respiración.

Mala situación, teniendo una mesa detrás de mí. Definitivamente esto debe ser algún karma.