Una chica serás #1

19. Celosa de mí mismo

Día de semana, llego a la universidad, primero buscaré a Aradia para ver si ha averiguado algo o sino me vengaré. Avanzo por los pasillos pero a quién encuentro primero es a Eliza, viene hacia mí como si quisiera matarme, es evidente, yo la empuje al agua ese fin de semana.

—Darly, amiga —sonríe amable pero sé que es su falsa sonrisa —Te fuiste temprano de la fiesta, con Jovan —mueve las cejas —que atrevida, no te preocupes, es un buen chico —me guiña el ojo —si quieres puedo enseñarte unos trucos para que lo tengas a tus pies.

—No, gracias —digo en seco —si me disculpas, me tengo que ir —la esquivo.

—No me quieres de enemiga —me detengo cuando me amenaza.

Lo sabía, estaba fingiendo, algo iba a hacerme en la fiesta. Está confirmado, le cae mal Darlene.

Me giro a mirarla y sonrío.

—¿Cual es el problema?

—Se dice por ahí, que sabes más de Darren de lo que deberías.

Está celosa de mí mismo, wow. Sé que soy narcisista, pero esto es pasarse de la raya.

—¿Qué? —exclamo desconectado.

Se acerca y se me pone en frente, desafiante.

—Que tengas bonitas facciones, no te pone a su nivel ¿entiendes? Yo soy la única que está a su altura ¿entendiste? —repite y me agarra de la ropa —No te metas entre él y yo o la vas a pasar muy mal.

¿Cómo puedo entrometerme entre ella y yo conmigo mismo?

Que complicado trabalenguas.

—Creí que no te importaba que te engañará —o eso dijo Seyn en la fiesta —Él no va a dejarte, si eso te preocupa —expreso seriamente.

—No me importa —aclara sincera —. Puedo aguantar sus infidelidades de una noche —me agarra del cabello —pero tú te has pasado del tiempo, enana.

¡Maldita seas, que duele!

Sinceramente podría golpearla, pero no quiero, ¡Es Eliza! ¡¿Cómo podría hacerle eso a la futura madre de mis hijos?!

De repente nos separan y es irónico porque es el mismo chico del que me apartó ella en la fiesta. Sí, hablo del imbécil de Seyn.

—¡¿Cómo te atreves a lastimar los bellos cabellos de mi mariposa?! —grita él molesto —me las pagarás caro, Eliza —se gira a mirarme —¿Cómo estás? ¿Te duele algo? —me mueve la cara con su mano para ver si tengo un golpe.

Yo lo empujo.

—¡Que insoportable, no necesito tu ayuda!

Estira su mano y me sonríe.

—Conseguí que te lo arreglarán —expresa devolviéndome el celular.

No sé que decir, pero igual Eliza se me adelanta en las palabras.

—¿De en serio? Seyn, te ves patético.

Sí, es cierto, tiene razón. Aunque él no le afecta.

—La patética eres tú, no olvides quién está debajo y quién está en lo alto. Te lo recordaré, tú solo eres una ficha de Darren y estás en la mugre, bien al fondo del basurero.

Ella presiona los dientes.

—Baja ese ego, estúpido. No eres nadie.

—Yo tengo el poder para destruirte, así que mejor que te largues.

—¡No te creas importante!

Sonríe.

—Lo soy, ¿Algo más para aportar querida?

Creo que la dejo sin palabras. De todas formas, mejor retrocedo mientras están distraídos.