86. El medio ambiente

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¿Por qué estoy tomando un batido helado de frutilla en uno de los bancos de la plaza cercana a la facultad?

Continúo sorbiendo del popote y veo como Seyn tira al suelo galletita para las palomas.

—Ya hay muchas, se me acaba la comida para los pajaritos —hace puchero y cuando ve que lo estoy observando giro mi vista hacia adelante —. Lástima que no había de chocolate, dicen que sube el ánimo.

—La frutilla está bien —respondo y sigo concentrado en el vaso.

—¿Ya te sientes mejor? —asiento y noto su mirada fija en mí —Quería preguntar, pero tampoco deseo verte mal otra vez, así que desistiré.

Bajo la pajilla.

—¿Por qué? —quedo pensativo —No ves que te trato mal —levanto la vista a mirarlo —¿Por qué sigues siendo amable?

—No tengo una razón, solo es lo que siento.

Miro a las palomas.

—Los sentimientos apestan —presiono el vaso —. Puedo notar como me decepciono de mí...

—Pues esfuérzate por mejorar, eso diría Darren Wein —me sobresalto cuando me nombra y luego hace una pausa —. Y ahora que lo pienso, ese tipo está desaparecido, es un fantasma —se ríe.

—Tú... ¿Recuerdas exactamente sus palabras?

—Y tú te acuerdas de mi relato del subte —sonríe ampliamente —. Estoy impresionado.

—Tengo buena memoria. Por cierto, nunca me dijiste qué pasó después de seguir el consejo de Darren.

Es muy extraño hablar de mí en tercera persona.

—Te dije que no querías saberlo —hace una carcajada —. Bueno, puedo decir que conocí malas influencias y me fui por el mal camino —saca un cigarrillo de su bolsillo —. Después puedes agregar a Tarik al relato.

—¿Y cuando agregamos a Ace? —levanto una ceja.

—Casi al mismo tiempo, ya que Tarik y Ace se conocían de antes —se ríe —. Lo más irónico de esto, es que Tarik me presentó a Ace. Pobre, se sigue lamentando —hace una pausa —. Ahora que lo pienso, no sé nada de ti, Mariposa.

Me paralizo.

—No tengo nada que contar —vuelvo a mi bebida pero me doy cuenta que ya se acabó —. La suerte no existe —me quejo.

—La mía tampoco —busca en su bolsillo —. Perdí el encendedor, que mal.

—Eso es buena suerte, así dejas de arruinarte los pulmones.

—¿Te preocupas por mí? —sonríe.

—No, del medio ambiente —exclamo sincero.

—Que mala —ríe otra vez —pero nombraste mis pulmones...

—Tus pulmones expulsan sustancias nocivas cuando fumas, tabaco, nicotina, alquitrán, arsénico, acetona, aditivos, incluso los saborizantes son tóxicos ¿Puedo seguir nombrando si quieres? Son muchos.

—¡Wow! Para la enciclopedia, ya sé eso. Bueno, no todos, desconocía lo de los saborizantes.

—Hay que tirar esto al tacho —me levanto refiriéndome al vaso descartable y camino hasta allí.

Me sigue.

—Desconocía tu lado ecologista.

—No lo soy, sólo mataba el tiempo cambiando el tema, ya me voy —comienzo a caminar.

—Te acompaño.

—No lo necesito.

—Me preocuparé más, si te dejo por ahí sola —hace puchero.

—No me interesa.

—¿Y no hay algo que pueda hacer por ti?

Me detengo al pensármelo mejor y levanto la vista a observarlo.

—Sí, creo que sí.

—¡Wow! —se emociona —Soy todo oídos.

—Quiero hablar con Ace.

Y la emoción se le esfumó.

Una chica serás #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora