131. Palabras hirientes

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Hablo con la policía y luego voy a la universidad, consigo información por ambas partes. Salgo de la oficina del director y camino por los pasillos para irme de allí.

Tengo el número de Joel y si todo sale como lo planeado, voy a participar en el operativo.

Marco en mi celular el teléfono que tengo escrito en el papel que me dió la directiva y avanzo sin mirar el camino. Me chocan y se me caen ambas cosas, levanto la vista molesto.

—Eso fue grosero, Seyn Bradford —levanto mi celular y lo guardo, pero él es quién agarra el papel.

—Siempre metiéndote en cosas raras ¿no? —dice molesto leyendo la nota.

—No tengo por qué darte explicaciones de nada —alzo la mano —. Devuélvelo.

Frunce el ceño.

—Te burlaste de mí ¿Qué clase de imbécil crees que soy? —rompe el papel y lo tira al suelo de manera agresiva.

Observo los trozos que han caído al piso y levanto la vista enfadado.

—Tú no entiendes ¿cierto? Yo nunca tuve alguna razón para decirte quién era, ni siquiera éramos amigos cuando me ocurrió lo que ves en frente —me señalo —¿Para qué te lo iba a contar? Esto jamás se ha tratado de ti —niego con la cabeza y me giro para irme.

—Darren Wein.

—¿Qué? —me detengo y lo miro, se nota confundido.

—Pareces más enfadado tú que yo —opina.

—Abandonar a una chica herida entre un montón de matones, ni siquiera yo haría eso, incluso por más enfadado que este.

—Yo... —dice notándose arrepentido, pero su enojo no le permite decir más nada. Baja la vista —. No voy a disculparme, fue el momento y...

—Lo admito me dolió lo que me dijiste, antes no tenía razones válidas para odiarte, ahora sí las tengo —se sobresalta cuando lo interrumpo confesando aquello.

—No entiendes —presiona los dientes —¡Yo no soy el que se tienes que justificar! —grita.

—Felicidades —digo dolido —has superado a Darren Wein en algo. Eres más egoísta que yo y pensar que casi empiezo a considerarte un amigo, que decepción.

—Yo no quise...

—El punto es que tus palabras, me lastimaron más que los golpes de esos matones. Ya pensaba eso de mí, pero me lo aclararte a la perfección —bufo —. Es gracioso ¿sabés? Porque me llamo así todo el rato.

Lo peor es que aún tengo que aclarar su estúpido sueño.

—No sé qué decir —baja la vista.

—No digas nada, lo que rompiste ya está roto y no se puede arreglar.

—Pero...

—Cuando tengas tiempo —lo interrumpo cambiando de tema —devuélveme mi atrapasueños, lo necesito —me giro para irme —. Eso es todo, adiós Seyn.

Una chica serás #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora