Una chica serás #1

81. Tirame las cartas

Respiro en profundidad y parpadeo varias veces antes de abrir por completo mis ojos. Frunzo el ceño y observo que me quedé dormido, apoyando la cabeza sobre el hombro de Seyn. Me alejo lentamente para que no se despierte y cuando ya estoy lo suficientemente lejos me levanto rápido.

—Buenos días —me choco con Ace que me agarra para que no me caiga —cuidado, florecita.

Me alejo.

—Tú... —hago una pausa —lo sabías.

—¿El qué? —ladea la cabeza sonriente cómo si la conversación de ayer no hubiera existido.

—Jo... Jovan —expreso nervioso.

—Ah eso, sí lo sabía, te dije que lo vi —me aclara —. Ese camisón te sigue quedando fabuloso —me cambia de tema de repente.

—¡Lo sé, pero ese no es el punto! —grito.

Se ríe y mira hacia el sillón.

—Buenos días, Seyn.

Observo hacia allí, el rubio se estira despertando y me percato ¡Me hizo gritar adrede!

—Parece que no vamos a poder seguir hablando de nuestros secretos —Ace me guiña el ojo.

Seyn frunce el ceño.

—¿De qué están hablando?

—De que Darlene quiere que le tiré las cartas —saca la baraja de su bolsillo y la apoya en su boca —pero eso está muy caro para que lo haga con dinero.

—No me importaría ir a la cárcel por matarte, si haces eso —exclama irradiando odio.

—Amor y paz, no fue mi intención estresarte —se gira a mirar hacia atrás —. Oh la pureza en persona ha llegado —nombra a Aradia que sale del cuarto.

—¡Hola! —expresa la castaña alegre —¿Hay reunión? ¿Están jugando un juego? —pregunta curiosa viendo las baraja —Yo quiero.

—Para ti, siempre —saca una carta de la baraja —veo... —hace una pausa —. La carta de la hechicera ¿Qué significa? —se pregunta a sí mismo —Estoy emocionado, hay mucha energía en ti.

—¡¿Eres un adivino?! —se sorprende —¡¡Qué emoción, tirame las cartas!!

—Vale —dice sin titubear.

—¿Gratis? Y a mí si me cobras, pero no me las tiras. Al final vas a quedarte sin dinero —me burlo.

—Es mejor cobrarle a los empresarios, además esto es más especial —le hace una seña a la brujita para ir a la mesa —¿Me acompañas? —se sienta en una de las sillas y ella lo hace también.

—¿De verdad lo harás? —se sorprende Seyn y se levanta del sillón —ocasión única en la vida, hay que verlo.

—¿Soy especial? —se sonroja Aradia agarrándose los cachetes —Que vergüenza, nadie me dijo eso nunca.

—Tú te emocionas por cualquier cosa —ruedo los ojos.

—¡¡Aradia es genial!! —gritan todos los matones de Tarik, que no sé de dónde salieron.

¿Se despiertan al mismo tiempo o qué?

—Me están asustando —dice ella y luego mira para todos lados —¿Dónde está Jovan?

Una punzada pasa por mi pecho.

—Se... se...

—Se fue anoche —responde Ace por mí —. Estaba apurado, debía ordenar su mente al parecer, pero está bien, no te preocupes —ordena las cartas —cortalas en tres.

—¿Así? —pregunta la brujita de forma tímida y las mueve.

—Sí —sonríe y levanta una —vamos a ver que oculta el destino para ti, mi hechicera.