Una chica serás #1

49. Las no soluciones

Al menos Eliza me ha creído o finge hacerlo, algo es algo. La amiga se ha ido y al fin nos quedamos los dos solos.

—Se ha enojado —opina.

¡Puf! Se lo merece, estúpida.

—Estoy seguro que lo solucionarás —la agarro de la cintura.

—¿Dónde estuviste? —rodea sus brazos en mi cuello.

—Viajando, debo irme pronto —apoyo mi frente en la suya.

—No te vayas, no me dejes otra vez, ni te despediste, me rompes el corazón.

Altercados de ser un futuro cambiaforma. No bromees.

—Tengo algunos problemitas, los cuales no puedo explicar ahora, no te preocupes, los solucionaré —la beso y me abraza con fuerza.

—Entonces hazlo rápido.

Si estuviera en mis manos, ya hubiera sido hace tiempo.

—Será tan rápido que ni te darás cuenta —Que mentiroso.

Terminamos de hablar, bailamos un poco, pido un lento para parecer romántico y la primer hora pasa volando.

Su celular suena.

—Un segundo —contesta —¿Sí? —la otra persona del otro lado de la línea suena agresiva —. Vale, hablemos, deja de gritar —se enfada y cuando corta me mira sonriente —. Mi hermana, ya sabes lo loca que es —se ríe —debo escoltarla, vómito todo el asiento de un chico —hace una mueca de asco —parece que bebió demasiado.

—Ve tranquila, te enviaré mensaje.

Nos despedimos con un beso y la veo partir. Camino alrededor del boliche y visualizo a Aradia nuevamente en la barra, pero su sonrisa ya no se encuentra, está llorando. Lo sabía, si mis sospechas son correctas, el tarado del crush ese, es un imbécil.