Una chica serás #1

130. El beso de Ace

La mano de Ace recorre mi espalda, levanta mi barbilla con la otra y empieza a cortar la poca distancia que hay entre nuestros rostros.

Averiguar, descubrir, sacarse las dudas. Ciertamente no se pierde nada, pero este es un momento incómodo, cómo la otra vez.

—Me tomaré esto como un sí —aclara ya que no me muevo, ni lo empujo.

El adivino junta su boca con la mía y me sobresalto. Intensifica el beso cuando me acerca hasta su cuerpo y me agarro de su camisa. Su lengua entra y... ¡Mierda que le correspondo!

Bueno, lo admito, de alguna manera esto es excitante y me siento raro pensando eso.

Separa su boca de la mía y luego se aleja. Yo me quedo quieto en el lugar, aunque un poco agitado por la sensación del momento, hace calor. Es como si me hubieran dejado con las ganas, que patético.

—¿Qué opinas ahora? —pregunta luego de un largo rato en silencio observándome.

—Espera, estoy procesando cosas —le aclaro.

Se ríe.

—De acuerdo —camina hasta la heladera, agarra un vaso del mueble y se sirve jugo de naranja —¿Quieres? —dice tranquilo, como si nada, mientras yo sigo aturdido.

—Bueno —digo el tono bajo y me da su vaso lleno, para luego servirse otro para él.

—Nada mejor que un jugo bien frío para sacarse la calentura —expresa sonriente y me sobresalto.

—¿Quién está caliente? Yo no —exclamo avergonzado mintiendo.

—Ah yo sí —camina hasta el sillón y se sienta —. Estoy que echo fuego —toma de su jugo —. Nada cómo admitir lo que uno siente ¿no te parece?

—¿Hablas de la sinceridad? —expreso disconforme.

—Exacto —hace una pausa —. No hace falta que seas sincero conmigo, pero deberías serlo contigo ¿no?

—Tienes razón —presiono el puño —lo admito, pero no me sirve de nada.

Lee una carta.

—Te sirve para encargarte de Joel y no vomitar en el intento.

Reacciono dándome cuenta. Cierto, no puedo atraparlo como Darren, pero sí como Darlene.