100. El atrapasueños

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Caminamos un buen rato y puedo notar como el enojo de Jovan sigue intacto. Se supone que iba a irme derecho a mi casa. La brujita me acaba de amargar el día, a pesar de que ella es pura felicidad.

—¡Aquí, perfecto! —grita Aradia, corre a sentarse en una silla al aire libre y le pide algo al camarero.

Terminamos comiendo un pequeño pote de helado cada uno, mientras también la acompañamos allí.

—Amo la menta —la brujita sigue disfrutando su postre, entre que espera que se forme la conversación.

Aunque no creo que llegue.

Se queda mirándonos un segundo y cuando traga decide volver a hablar ella.

—¿Por qué se pelearon? —hace puchero —No me dejen hablando sola.

Jovan baja la vista.

—Porque alguien no sabe respetar a las personas.

Frunzo el ceño.

—¿Para qué respetarlas sino me respetan a mí?

Me mira más enojado.

—No todo el mundo es igual, Darren.

—Tu amada Eliza no piensa lo mismo, aunque no la culpo —bufo —. Eso sí ha sido mi error.

—Hablas de Joel —me sobresalto cuando descubro que lo sabe.

Lo miro directo a los ojos, furioso.

—¡¿Lo sabías?! —irradio ira —Y no me lo dijiste —presiono los dientes.

—Lo sé hace poco —no se inmuta —. Cuando Eliza vino llorando a mi casa a contarme que "Darlene" la había descubierto y temía que tú te enterarás.

Bajo la vista.

—Esto es... no sé ni qué decir —bufo —. No lo puedo creer, que indignación.

—Indignante es que hayas dejado que se vaya con Joel, la perdiste por ese ¿Sabes acaso quién es ese tipo? De todos los hombres malos que hay, se fue a juntar con el peor de todos. Yo soy el que no puedo creer lo que has permitido que suceda.

—No me molestes Jovan —miro hacia un costado y como otra cucharada de mi pote de chocolate —. No soy estúpido, ya lo sé, conozco perfectamente quién es Joel Watson.

—Si lo supieras no seguirías con tus jueguitos —señala el pañuelo que cubre el chupón de Seyn —mientras Aradia seguía en peligro.

—Chicos... —dice ella asustada.

Me titila un ojo, ya lo había olvidado ¡¿Por qué me lo recuerda?! Hace calor.

—¡¡Tenía que salir del club de Ace de alguna forma, me obligaron a jugar sus juegos raros!!

—Claro, te pusieron un cuchillo en la garganta —rueda los ojos.

Me revuelvo el cabello.

—¡Ah no se puede hablar contigo!

—¡Tú...

—¡¡¡Basta!!! —grita Aradia enfadada y nos quedamos paralizados por el grito que pegó. Ella infla los cachetes y después bufa, para luego sonreír —Por lo que entendí, Darren y su novia se engañan entre sí —mueve los dedos mientras analiza todo —. La tal Eliza es alguien importante para Jovan y entonces no puede perdonar a Darren ¿o estoy equivocada? —nos mira confundida.

Él suspira.

—No, estás en lo correcto.

—No me quiero meter pero creo que estás mezclando las cosas —luego me señala —. No digo que Darren tenga la razón —baja la mano —porque está mal engañar y además la hizo sufrir. Se nota que te molesta, aunque lo que sucede aquí en realidad, es que estás en el medio, Darren y su novia deben hablar, entre ellos, sin nadie más. Es mi opinión —vuelve a su helado bajando la vista tímida —. Eso quería decir, no me presten atención ¡Que vergüenza, dejen de mirarme! —exclama nerviosa y me río.

Jovan sonríe.

—Que buen consejo —le agarra la mano y ella se sonroja —. Gracias.

—Ay los tortolitos —me burlo.

Me mira pero más calmado.

—Te daré otra oportunidad, señor terco, y espero que sigas el consejo de Aradia.

—Lo pensaré, lo pensaré —bufo y miro sus manos, así que sonrío señalando —¿Por qué sigue la manito ahí? ¿Van a casarse? ¿Dónde está el anillo?

—Bueno, ya que estamos en confianza —la mira —. Aradia, quiero decirte que me gustas mucho.

Ella se sonroja completamente.

—¿Qué?

—Que se enamoró de ti —le aclaro —. Ahí tienes a tu príncipe azul —bromeo y me levanto de mi asiento ya que se quedan tildados mirándose —. Bueno, mientras ustedes siguen con sus cosas de enamorados, yo voy a caminar por ahí y luego vuelvo, así no los interrumpo —agarro mi pote de chocolate y me retiro.

Camino por la feria que está cruzando a la plaza y avanzo cuando visualizo a la mariposa. Entonces la sigo y se posa en un atrapasueños de uno de los puestos, desaparece como si hubiera entrado allí. No lo pienso dos veces y lo compro.

Una chica serás #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora