39. Irónica confesión

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Jovan recibe un golpe de Seyn y termina cayendo al suelo. Obviamente el que se creé mi rival es más fuerte que mi amigo y lo noquea con facilidad.

—¡Lo mataste! —opino gritando.

—Ojalá —se cruza de brazos enfadado —solo está desmayado, pero no iré a la cárcel por un idiota —lo toca con su pie.

—¿Y ahora qué? —quedo confundido.

Necesito tiempo para pensar, despertará pronto. ¿Qué hago? ¿Qué le digo? ¡¿Cómo me deshago de él?! Humillación nivel un millón. Debo idear un plan y rápido, pero meditarlo ahora parece Imposible.

—Calculo que no vas a denunciarlo por como lo estás mirando —aclara Seyn y lo observo —. Entonces antes que despierte salgamos de aquí —señala su auto con su pulgar.

—¡Ni creas porque pensaste más rápido que yo eres mejor! —lo señalo —¡¿Entendido?!

Se ríe y otra vez acabo de recordar que no soy Darren ¡No debí aclarar eso! Ya no importa. Voy hasta su coche y me subo, luego sigue él, para después arrancar a gran velocidad.

—Esto es irónico —digo al llegar a su casa —la vez que me fui para escapar de ti, visite la casa de Jovan y ahora es al revés —reflexiono quedando pensativo.

—Que mala —se ríe.

Avanzo por la casa y miro las paredes, hay varias fotos y trofeos. A este chico le gusta alardear sus logros como a mí, aunque obvio nunca va a superarme. Agarro un marco, entonces observo a una muchacha alta con una gran sonrisa y a un pequeño no muy conforme con la fotografía.

—Es mi hermana mayor —aclara Seyn y dejo la foto dónde estaba.

—¿Vive aquí?

—Diría que sí, pero casi nunca está en casa —se ríe.

—¿Por qué el malhumor? —señalo su rostro enfadado —Eres tú ¿no?

—Ah es que perdí contra ella, otra vez. La foto es un recordatorio.

—¿De qué? —levanto una ceja.

—De que hay personas a quién debo superar.

—Pues no veo a Darren Wein por aquí —me busco en la pared y luego sonrío —. Aceptaste tu derrota, veo. Aunque creí que como lo odiabas ibas a esforzarte más.

¿Así quiere considerarse mi rival? Debería decepcionarse de sí mismo.

—Nunca dije que lo odiase.

Me quedo tildado un segundo hasta que reacciono y lo miro.

—¿No? Recuerdo que dijiste que nadie lo quiere con excepción de él mismo.

—¿Y eso significa que lo odio? —se ríe nuevamente —Te diré un secreto, la razón de que Darren Wein no esté en esta pared —mira detenidamente las fotografías —. No quiero alcanzarlo, sino dejaría de ser alguien a quién admiro. Soy lo que soy, por su culpa —exclama sonriente.

—¿Disculpa?

Como cuando te confiesan cosas porque no tienes tu rostro. Muy normal ¿eh? Nótese mi sarcasmo.

Una chica serás #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora