Mientras Melendi hablaba yo me encontraba mirando a los demás y sencillamente sus ojos estaban ahogados en llanto, un llanto que estaba al borde de desbordarles, me conmovía obsérvales aunque ni la mitad de lo que me estremeció Melen con su discurso.
Mi cabeza inició una batalla reflexiva ¿De qué forma debo reaccionar? Debo mantenerme pasiva, callada, indiferente... como si lo que había dicho no me importara más de lo normal, como si ya lo supiera, como si mis sentimientos siguieran siendo de amigo. Sin embargo, yo no soy así, soy demasiado pasional, no podía permanecer fría porque sinceramente con sus palabras me volcó el corazón y tardé en recuperar la normalidad, me impactó como cuando duermes y sueñas que caes al vacio y de repente te despiertas sobresaltada y agitada, pues algo así. Yo no me lo esperaba, de nuevo me estaba sorprendiendo.
¿Pero cómo me iba a mantener evasiva? No podía, era él. Entonces reaccioné, me levanté y me giré buscándolo para efusiva abrazarle. Lo estreché tan fuerte que sentía sus latidos en mi cuerpo. Eran los ojos de mi corazón los que soltaban ahora oxigenadas lágrimas, oxigenadas lágrimas de sangre. ¿Cómo podía ser así? Joder es que ansiaba que se comportara como un verdadero hijo de puta y me diera los motivos necesarios para olvidarlo. No, a quién pretendo engañar, no me lo creo ni yo, no anhelaba nada de eso porque simplemente lo deseaba así tal como era, un hombre curtido en mil o dos mil encarnizadas batallas, que me hacía sentir especial en todo momento, que me arrancaba la piel cada vez que compartía sus sentimientos.
Sé perfectamente por lo que ha pasado y lo que eso le ha supuesto y le supone. Yo estuve con él en ese proceso de resarcimiento, por ello todavía me era más difícil afrontar lo que había planteado, que volvería a vivir cada una de esas hostilidades con tal de conocerme y tenerme. Estar pensando en esto mientras lo mantenía todavía contra mí, mientras mis manos se perdían en su espalda, mientras nuestros hombros nos servían de apoyo mutuo... no pude resistirme y mis cuerdas vocales pronunciaron en su oído casi susurrando
- Te amo
Ya está, lo dije, era el momento de reconocerlo abiertamente, tenía que dejar de intentar engañarme a mí misma, dejar de dar largas a lo que me estaba pasando, que no pudiéramos estar juntos no suponía también guardar en mi interior todo, había que sacarlo fuera, yo debía sacarlo fuera, soy así, con la verdad por delante, era necesario ponerle tajantes palabras a este sentimiento. Siguió el silencio en nosotros cuatro, aunque el bar estuviera casi lleno y alborotado, cuando nos separamos todavía podía sentir su respiración en mi cuello, pero continuábamos callados ¿Quién iba a ser capaz de romper nuestra afonía? El mismo que nos enmudeció buscaba ahora recuperar nuestras voces
- Ehhh queréis sonreír de una vez joder, que yo no os he dicho esto para estar aquí compungidos, nooo, no pretendo que tengamos que beber para ahogar las penas en una jarra sino para pasarlo bien. Es que os habéis quedado con lo secundario de todo lo que he contado, mi intención primordial era hablar de la relación... de la relación de... de amistad que tengo con Malú, que al fin y al cabo Pablo era lo que te causaba interés. Pretendía explicarlo de una forma comprensible, pero ya está, nada más, no buscaba que os hundierais, yo ahora estoy bien, lo duro ya lo pasé, así que no me fastidiéis y sigamos con la noche
Pablo se levantó de la silla decidido a ir a pedir para relajarse un poco
- Antonio anda acompáñame para que me ayudes a traer las cosas
Orozco no es que se encontrara tampoco mucho mejor, ambos habían estado al borde de las lágrimas, a pesar de ello se encaminaron hacia la barra, dejándonos solos, yo no quería ni moverme, ni siquiera mirarle, porque lo que menos deseaba era llorar... menos mal que regresaron pronto con las bebidas
- Antonio "Aquí estamos ya"
- Melendi "Perfecto, a ver esa sidrita cómo está"
- Pablo L. "Malú te he pedido una Carlsberg"
- Malú "Gracias Pablo lo que hayas pedido está bien"
Continuaba algo desorientada por la confesión de hace unos minutos, de repente sentí una caricia en la cara, era él. Al segundo se puso de píe y sujetando mi cara con sus manos me dio un beso en la mejilla, después habló de nuevo
- Venga levantaros todos y vamos a brindar
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¿Amigo?
FanfictionSimplemente es una historia PARA NADA REAL, con la que por supuesto no se intenta ofender a nadie, es producto de pensar en dos buenísimos amigos entre los que al final puede pasar algo, de ahí que pensar en amistad me haya hecho relacionarlo con e...