Momentos de placer absoluto...

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Su expresión era una mezcla entre timidez y ardor... al principio la primera era la más marcada... y yo... yo me sentía bastante desconcertada... le estaba incentivando para que recuperará la intensidad y la desvergüenza con la que iniciamos la noche pero... pero él no reaccionaba... joder... ¿que más debía hacer? si todavía mantenía agarradas sus manos con las mías envolviendo mis tetas y ni las movía... estaban inertes, desesperada entoné

- Puedes tocarlas ehhh que de momento no muerdo, quizá cuando roce el éxtasis sí, pero ahora no...

Cansada de esperar fui yo de nuevo la que se encargó de actuar por él, de darle vida a sus dedos... dibujando círculos alrededor de mis pezones sobre aquella tela que ya me estorbaba, percibí como su cara aunque de forma sutil cambió... cerró sus ojos y creo... y creo que se dejó llevar... esta vez intencionadamente...
Espontáneamente sonreí al apreciar esos pequeños gestos... y sobre todo lo que ellos podían suponer... comprimí entonces mis pechos con sus manos, escuchando como repentinamente su respiración se entrecortó... y poco a poco se fue haciendo más sonora... ahora era yo la que empezaba a disfrutar... imaginando que era él el que me manoseaba con deseo... la fantasía duró poco... abriéndole paso a la más absoluta realidad... ya no era necesario soñar porque sentía a Melendi de verdad... él y solo él me arrebató por fin la iniciativa, por ello mis brazos se retiraron y cayeron, para que Melendi se encargara ahora de acariciarme y besarme el busto.

Tras unos instantes me tomó por las caderas y me volteó quedando de espaldas a su delantera... había fijado su objetivo en desprenderme de aquel vestido y esa se convirtió en su tarea, comenzó a bajármelo deslizándolo por mis hombros, dejándolos al descubierto mientras sus manos jugaban con mi piel y su boca me besaba la espalda, provocándome cosquillas con su barba. Me hallaba en ese momento tan maravillada que sin ser consciente estaba ya desnuda de cintura para arriba, intentaba contener la humedad que luchaba por escaparse de mi cuerpo, cuando él con su cálida voz y todavía sin observarme de frentre me pidió

- Gírate para mí por favor, deja que te vea...

Aguardé por unos segundos algo ruborizada, sin embargo decidí hacerlo... deseaba llegar hasta el final con él y era necesario, la temperatura que se concentraba en el ambiente fue mi impulso y el torrente sanguíneo se ocupó en seguida de maquillarme las mejillas de un rojo intenso... Respiré profundo... entonces comencé a darme la vuelta lentamente y con los párpados cubriendo mi visión... cuando fui consciente de que ya me encontraba frente a él, me invadió una agobiante sensación al no percibir su reacción... por ello abrí los ojos... aunque sintiera una vergüenza momentánea que me arrollaba... pero los abrí... y en ese instante lo pude descubrir por fin... contemplándome atento sin perder detalle con uno de sus dedos índices en la boca, divirtiéndose con sus labios. Para cortar está situación en la que solo yo era la protagonista, me aproximé a él para besarle, mientras sus manos se posaron sobre mi culo para seguir haciendo descender el único trozo de tela que todavía me vestía... en cuanto logró que bajara por mis caderas su objetivo se cumplió y el... y el vestido cayó solo al suelo deslizandose por mis piernas... me hallaba completamente al descubierto... las bragas no existían desde hace rato... desde que él se empeñó en robármelas en el coche...

Joder me sentía tan naturalmente desprotegida que incluso el pudor que me invadía, incrementaba involuntariamente mi excitación... excitación que de nuevo se encargaba de controlarme... de controlar mis actos... me clavó los ojos una vez más... provocándome ardor... notaba que antes... antes su mirada no hacía otra cosa que desnudarme pero ahora... ahora sentía que directamente me follaba con ella... estaba a punto de arañarme a mí misma por las ganas contenidas... me senté en el borde de la cama ocultando tímidamente mis encantos... esperándolo... y de repente... de repente aparecieron por la puerta velozmente mis perros... les adoraba pero en este instante solo deseaba y pensaba en Melendi. Les acaricié unos segundos e intenté que se fueran... Melen ayudó empujándolos cariñosamente mientras les comentaba risueño

- Lo siento... la jefa manda y está demasiado caliente como para contradecirla

Cerró la puerta de la habitación para que mis mascotas ya no nos interrumpieran... yo todavía permanecía sentada en el borde de la cama... entonces se acercó a mí... y empujándome con decisión me tumbó en el colchón, aprovechó ese pequeño instante antes de que yo intentara incorporarme para subirse encima...
Disfrutarlo desde esta nueva perspectiva... desde debajo suyo... me apasionaba... el peso de su cuerpo conseguía inmovilizarme, solo era capaz de levantar ligeramente la cabeza y así lo hice... así lo hice para alcanzar su boca y devolverle un beso. En cuanto se lo di cerré los párpados intentando relajarme... porque me imaginaba que ahora venía un rato de gozo... y... y no me equivocaba... noté como inició una maratón de besos por mi cuerpo, la estela que dejaban sus labios la recorrían sus dedos después, acariciándome muy suavemente... empezó por las rodillas... se turnaba de una pierna a otra... mientras... mientras tanto iba subiendo dejando huella en mí, de pronto me abrió los muslos para jugar con su lengua por mis ingles... simultáneamente abrí mis ojos también en cuanto fui consciente de lo que iba a hacer... solo de tener su cabeza entre mis piernas... solo de sentir su boca mojada cerca de mi humedad más íntima me superaba... me ocasionaba una respiración cada vez más intensa y continua... con una de las manos me aferré a las sabanas y con la otra... con la otra sujetaba su pelo... intentando así controlar sus actos... me encontraba temblando... me temblaba hasta la piel del placer... y así se lo hice saber...

- Por favor sigue... ni se te ocurra parar...

Abandonó esa zona para continuar ascendiendo por mi estómago, pero no me permitió cerrar las piernas... cuando pretendía hacerlo sus manos reculaban y las devolvían a su posición... dejando al descubierto en todo momento ese órgano de la felicidad femenina. Me estaba dominando y en esos instantes yo lo necesitaba... su lengua dejaba un rastro de saliva  por cada lugar por el que se paseaba, mientras que sus dedos masajeaban mi torso hasta que se toparon con mis pechos, me dedicó entonces una mirada brillante acompañada de una sonrisa pícara... al segundo me preguntó irónicamente señalando mis tetas con sus ojos mientras levantaba suavemente las cejas

- ¿Y con ellas...? ¿y con ellas que hacemos...?

- Cualquier cosa que incluya utilizar tu boca

Se acercó rápidamente a darme un beso, después respondió con un tono muy tentador

- ¿De verdad...? ¿eso quieres...? ¿qué vuelva a usarla...?

- Si por boca entendemos los labios, la lengua o incluso los dientes... sí... es lo que más me apetece... que me saborees con todas las armas de las que dispongas... pero... pero ¡hazlo ya!

- Tus deseos María Lucía son órdenes para mí...

Todavía con mi mano en su nuca lo atraje hacia mí precipitadamente... lo empujé hacia mi cuerpo hasta que noté como su barba me causó un cosquilleo en mis pezones... estaban tan sensibles por la excitación que se concentraba en mis partes más erógenas, que hasta ese simple roce me estremeció cada músculo intensamente... No lograba parar de moverme debajo de su figura de metro noventa y uno... retorciéndome en la cama de placer... sobre todo en el instante en que se decidió a tomar mis pechos entre sus manos empezándolos a besar... besos lentos y suaves, que daban paso a otros totalmente húmedos... recurría a ellos para disfrutar bordeando mis pezones con su lengua... aunque... aunque lo mejor llegaba después... cuando... cuando aprovechaba esa saliva que depositaba en mí para soplar débilmente... pero lo necesario para provocarme un cambio de temperatura, una sensación fulminante que me erizaba la piel y me endurecía aún más...

Aferré mis manos a su espalda para soportar cada estremecimiento incontrolable que detonaba en mí, seguro que inconscientemente le clavé las uñas... no lo recuerdo... y es que mi razón estaba perdida en su talento para excitar a una mujer... solo de imaginármelo penetrándome la mitad de bien que preparando el momento... ufff... creo sinceramente que me enfrentaría a uno de los mejores orgasmos... uno de los muchos que me quedaba por vivir con él... igual... igual cuando presumía de su talento en el sexo no exageraba... me moría por comprobarlo....

¿Amigo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora