¿Amigo?

Llegando a la alfombra roja de los 40...

Alborán tan amoroso como siempre me respondió

- Pues no hay cosa que me alegre más la verdad, a ninguno de nosotros nos gustaba verte mal... con lo radiante que tú eres... es que nos matabas con tu sufrimiento

- Exagerado (respondí irónica)

- Bueno me voy ya Lula, que me toca escenario... mañana nos vemos de nuevo, te quiero

- Y yo cariño (le agarré la cara mientras le daba un fuerte beso en su mejilla derecha)

Intenté recuperar el hilo de la entrevista y en cuanto terminé la última salí del Palacio. Fuera me esperaba mi equipo para ir a tomar algo, empezamos a caminar hacia algun bar yo disimuladamete me mantuve un poco rezagada, para poder así quedarme sola unos segundos y escuchar el audio de Melendi, que tanta curiosidad me producía. En el momento en que lo conseguí le di al play

- Melendi "Te quiero, te quiero, te quiero demasiado, joder parezco un adolescente (rió) pero tengo la necesidad de decírtelo una y mil veces. Deseo no guardarme nada dentro... ni por miedo ni por vergüenza... y que luego con el tiempo me pueda quemar por haber callado..." (13:23)

¿Enamorada? No... que iba a estar yo enamorada por favor... enamorada es poco mejor dicho... me perdía en su cálida voz paseando por cada una de las palabras que expulsaba con el aire de su boca. Tímidamente, con un tono suave y cariñoso, acercándome mucho el teléfono a la cara... le envié yo un audio, simplemente dos palabras que si él las sentía con la intención que yo le quise dar, eran arrolladoras...

- Malú "Te amo" (13:50)

Definitivamente parecíamos dos locos jóvenes enamorados... matizo... no parecíamos, éramos... Me incorporé al grupo nuevamente y por fin entramos en un lugar a beber algo. Después de dos horas y media me marché, me subí en el coche y volví a casa. Preparé una comida ligera porque habías estado tapeando y casi estaba llena. La tarde se pasó rápido me apeteció llamar a mis padres y además una amiga se acercó a verme.
Al día siguiente y ya sobre las cuatro de la tarde, justo después de ducharme, tenía en la puerta a la maquilladora y a la peluquera, para prepararme. A y media apareció también Pedro a traer la ropa y los accesorios, el salón en esos momentos era un verdadero caos.

La alfombra roja de los premios y el photocall estaban previstos para el periodo de tiempo entre las cinco y las siete y media, mientras que la gala comenzaría a las ocho. Yo a las seis y veinticinco por fin estaba saliendo de casa con mi primer modelo, un vestido negro corto y ceñido, que resaltaba cada curva de mi cuerpo, despuntaba el detalle de la transparencia que empezaba casi en la parte más baja de la espalda y ascendía por toda ella hasta los hombres, en estos se lograba fusionar con otra transparencia estaba vez delantera, que dejaba al descubierto también un prolongado y sugerente escote en pico, que discurría hasta la misma terminación del esternón.

Mis pies los adornaban unos zapatos negros con altos tacones y para terminar el look algunos anillos, pulseras y unos pendientes, estás joyas conseguían darme ese toque brillante, además mi melena suelta ondulada y un maquillaje natural y sencillo, destacando esa casi marca de identidad en mí como son los ojos ahumados de nuevo en negro, me encantan los colores sobrios no puedo evitarlo... Subjetivamente diría que estaba muy guapa y... y objetivamente también...

Melendi llegó al Palacio a las siete menos diez, en cuanto abrió la puerta del coche y puso un pie en el suelo se levantó la locura, vestía bastante clásico y poco llamativo para lo que nos tiene acostumbrados últimamente. Unos pantalones vaqueros oscuros con su cadena colgada, elemento al que recurre tan frecuentemente, su look lo completaba una camisa y unas deportivas, ambas cosas de un blanco impoluto. Estuvo unos minutos haciéndose fotos con la gente allí congregada y firmando autógrafos, hasta que lo reclamaron para la entrevista en directo y se lo llevaron, le empezaron a preguntar

- ¿Qué supone para ti estar un año más en estos premios musicales de los 40 principales?

- Es un verdadero privilegio siempre, que cuenten conmigo y me inviten... todos sabemos la importancia que tienen a nivel mundial estos galardones, aunque sinceramente lo más emocionante es poder compartir con el público, con compañeros y con amigos esta gala

- Además vas a cantar hoy, Melendi ¿sigues poniéndote nervioso cada vez que subes a ese escenario?

- Siii (sonrió) vamos a actuar hoy, cantaremos Desde que estamos juntos... a ver si os ponemos a bailar. Y por supuesto que hay nervios, te diré más...

Escuchó mucho alboroto y giró su cabeza hacia la alfombra, en ese preciso momento me descubrió saliendo del coche... a partir de ese instante no podía desviar sus ojos de mí, me acompañaban deseosos mientras yo caminaba aproximándome a las vallas para ver a la gente. Perdió la noción absolutamente, se quedó perplejo... por unos segundos olvidó que estaba siendo entrevistado y que se encontraba respondiendo a una cuestión... cuestión que se vio obligado a dejar a medias en cuanto me contempló así de imponente.

El periodista desconcertado no sabía cómo llamar su atención, no lograba entender qué había pasado... por qué su voz se había silenciado repentinamente... haciendo un esfuerzo intentó recuperar a su invitado

- Melendi por favor...

Entonces reaccionó... regresó su cuerpo hacia aquel hombre y bastante avergonzado y tímido, aunque todavía fascinado pudo hablar

- Perdona es que... es que me he distraído un poco... entre los gritos y que... y que justo llegó mi compañera Malú... me he despistado... tampoco te extrañe soy un hombre no puedo hacer varias cosas a la vez... (procuró excusarse con humor) ¿Qué estaba comentando yo?

- Te pregunté por tus nervios al actuar

- Ahhh sí, ya me acuerdo... pues como te estaba diciendo antes de la pequeña interrupción, claro que tengo nervios y es más... cada año que pasa puede que me azoten hasta más fuerte... porque cuando yo empecé a venir a estos eventos no percibía ningún tipo de responsabilidad en mi trabajo... era un chaval joven, alocado, inmaduro y... y en algunos aspectos egoísta. Entonces los nervios que no tuve por mí falta de sensatez, probablemente me van apareciendo ahora de golpe... Con el tiempo y sobre todo con la edad aprendí que un artista siempre juega con la preocupación de saber si al público le gusta o no lo que haces... de esta manera si pierdes esa sensación... esa inquietud... esos nervios buenos... en algo estarías fallando y deberías retirarte