¿Amigo?

Arrepentida...

Depositó un tímido beso en mis labios y después comenzó a caminar hacia la puerta tras coger su abrigo, que se encontraba encima de la silla del salón... dentro de mi cuerpo palpitaba un verdadero enfrentamiento... reflexionaba para mí misma sobre la situación

- Definitivamente eres gilipollas Malú... ¿cómo te has atrevido a inventarte algo así? Melendi te lo está dando todo y tú cómo una niñata, intentas joderlo sin razón aparente, normal que nadie se quede contigo... ¿quién te va a aguantar si no lo haces ni tú?

Tras darle dos puñetazos a un cojín y ahogar mi grito sobre él... me levanté precipitadamente y salí corriendo descalza a buscarlo, lo que me llevo hasta la calle... estaba por entrar en el coche cuando alcé la voz con rotundidad

- Melendi

Él se giró pero también lo hizo un vecino al que sonreí tímidamente, mientras procuraba arreglar la circunstancia y el tono desesperado de mi llamada

- Melen te dejas la guitarra

- ‎¿Qué guitarra? (frunció el ceño confuso)

- ‎¿Cuál va a ser tonto?

Al notar que mi mirada cambiaba de dirección, se dio la vuelta para entender mi comportamiento y vio a aquel hombre en la entrada de su chalet, entonces por fin Melendi recuperó la palabra

- No importa en otro momento vengo a por ella, tengo trabajo y no quiero molestarte más

- ‎Creo que deberías llevártela hoy... porque no voy a estar en casa los próximos días y la necesitarás

Sin mucha convicción candó su Audi otra vez y regresó sobre sus pasos... le esperé en el jardín y cuando apareció le pedí con un gesto que cerrara la puerta... casi antes de que lo hiciera me lancé a sus brazos y apoyando mi mejilla en su hombro rompí el silencio

- Lo siento cariño... no pienso nada de lo que te dije...

- ‎No quiero disculpas... lo único que deseo es saber qué te pasa ¿por qué actúas así? (me apartó de su cuerpo para estrechar mi rostro entre sus manos acercando su frente a la mía)

- ‎No lo sé ni yo... (su cercanía dificultaba en mí el simple acto de tragar saliva)

- ‎Malú necesito entenderte... hace unas semanas era capaz de descifrarte pero ahora mi amor no me lo pones fácil... no te cierres a mí... ¿por qué me tratas y te tratas de esa forma?

- ‎No sé... no sé... (me frustraba por no encontrar una respuesta) creo que pienso demasiado y no pretendo volverte loco con mis sinsentidos...

- ‎Tal vez yo quiera que me vuelvas loco, eso no se te ocurrió preguntármelo... intento que enfrentemos nuestros sinsentidos juntos, pero es que ni siquiera sé si este problema es conmigo o es tuyo... contigo misma... aún así estaré a tu lado para ayudarte

- ‎Tengo miedo de que la relación se rompa y terminemos en la mierda los dos... y cuanto más tiempo estemos juntos más jodidamente difícil será soportarlo... (me mordí el labio inferior aunque en seguida mis mandíbulas comenzaron a temblar por la angustia contenida)

- ‎Eso puede pasar sí, no te lo negaré... pero también puede que no... y me parece absurdo separarnos por precisamente pensar demasiado, además el sufrimiento que supondría dejarnos no sé... dentro de diez años, quizá queda para mí en un segundo plano, porque el verdadero sufrimiento sería perderme todo lo que nos falta por vivir

Enmudeció por un instante mientras su mirada se desviaba al cielo... después la regresó hacia mí cantándome casi en la boca un verso desconocido, al tiempo que sus manos descendían por mi figura hasta apoyarse en mi cintura