¿Amigo?

¡De paseo...!

Después de unos minutos me bajé de encima suyo, colocando por fin mis pies en un suelo firme mientras le comenté

- ¿Qué has traído?

- Paella y pimientos rellenos

- Ummmm... ¿y de postre?

- Yo es que de postre te quería a ti pero... pero si tú no te conformas con este yogurin (señaló su cuerpo de arriba a abajo con las manos) habrá que decantarse por la fruta...

- ¿Te vas a quedar mucho?

- Sí, eso pretendía... además toda la noche si me lo permites, mañana no madrugo

- Entonces... entonces luego en la cama... (le agarré de la sudadera aproximándole a mí) podremos degustar el postre de la comida y también el de la cena

- Por supuesto, y si quieres repetir porque te encanta... todo es posible

Le abracé fuerte y es que adoraba que nos tentaramos sexualmente, sin embargo amaba aún más tenerlo en mi vida, demostrándome sus sentimientos, sorprendiéndome, haciendo planes, pasando momentos para mí especiales... Caminamos hacia la cocina, una vez allí le propuse

- Deja las bolsas por ahí, yo ni siquiera he desayunado

- ¿Por qué? ¿a qué hora te has levantado dormilona?

- Sobre las once... pero luego entre las flores y el móvil me terminé de entretener...

- Tómate algo ahora y retrasamos la comida hasta las tres y media por ejemplo, para que no se te junte todo

- Lo que usted mande comandante (contesté sonriendo mientras conducía mi mano completamente estirada hacia mí cabeza, hasta casi rozar con las yemas de los dedos mi sien)

Bebí media taza de café y lo acompañé de dos tortitas, mientras tanto él me observaba comer... por ello le comenté curiosa

- ¿Qué...? ¿te agrada verme desayunando?

- En líneas generales me agrada contemplarte, porque ahora lo hago de una forma diferente

- Pero eso es una tarea un poco aburrida

- No, al revés, si lo haces porque realmente quieres es muy interesante e incluso divertido, mirando y escuchando es ahora mismo de lo que más aprendo

- ¿Quieres un poco? (le pregunté mostrándole aquel pancake)

Se encogió de hombros al tiempo que comenzó a afirmar con la cabeza, rompí un trozo de aquella masa con la mano y extendiendo el brazo lo lleve hasta su boca que ya esperaba abierta, dio un pequeño muerdo... en ese momento era yo la que fijaba mi atención en él.

Le acerqué el resto depositándoselo en la boca para que se lo acabara, cuando estaba saliendo sus labios se cerraron acariciando mis dedos a su paso, cerré los ojos y sonreí sin parar.
De nuevo mis perros aparecieron en escena buscando cariño, Melendi les acarició en lo que yo terminaba, después me levanté inmediatamente para que se acercarán a mí y poder tocarles. A los pocos minutos le dije a Melen

- Subo a vestirme con ropa más abrigada y si quieres me acompañas a sacarlos un rato

- Claro, te espero en el salón

Debía ducharme pero... pero no quería tardar, además solo saldríamos a un parque en él que no suele haber gente, así que me arriesgaría. En unos quince minutos estaba preparada, bajé ágilmente por las escaleras mientras alzaba la voz

- ¡Vámonos ya!

Casi antes de terminar la frase mis perros aparecieron corriendo como locos, estaban deseando abandonar la casa... a los pocos segundos llegó también Melen a la entrada. Los atamos y en seguida estábamos fuera, les guié hacia ese lugar que yo quería, por el camino Melendi me recordó

- La semana que viene comienzan las grabaciones de la voz... horas y horas juntos de nuevo... qué sufrimiento ehhh... (me guiñó un ojo sonriendo)

- Cierto... además con Pablo L. y... ¿y quién será el otro? ¿tú lo sabes ya?

- No, ni idea ¿quizá alguno más de estos?

- Puede ser... sin embargo me parece extraño que no hayan dicho nada si fuera el caso...

- Yo no lo veo tan raro... porque acuérdate cómo nos enteramos nosotros de que íbamos a coincidir en la edición... estábamos en Londres y fue de manera bastante improvisada

- Si, eso es verdad, seguro que somos tan despistados que toda España conoce quién es el cuarto coach menos nosotros... es muy triste

- Muy probable (rió) una pregunta Lula

- Cuéntame

- ¿Y si en el plató tengo una necesidad de besarte que debo hacer?

- Bajarte la calentura besando a Pablo, ¿te parece buena respuesta?

Las carcajadas fueron simultáneas, él añadió risueño

- Joder ¡qué mala! al López no... que me pica con la barba...

- Habló él que no tiene... yo también podría dejar de besarte como me rozas... además que mi piel es bastante sensible y alguna que otra vez... la barbilla se me ha irritado por culpa de los hombres con barba

- Pues... mi experiencia  personal me ha corroborado que afeitado parezco aún más bobo, así que no me pidas eso...

- Estate tranquilo porque eso no pasará jamás... me ponen demasiado los tíos con barba de unos días

Melendi se fijó a ambos lados de la calle y al no percibir a nadie, se atrevió a pasarme el brazo que le quedaba libre por detrás de los hombros, para acto seguido darme un beso en los labios rápido pero muy cálido. Después volvió con su tema...

- Ya que parece que no puedo besarte en el programa y a Pablo como que no... a ver si con un poco de suerte el desconocido es una mujer y por lo menos...

Le interrumpí exclamando

- ¡A ti que se te ocurra!

Giré la cabeza para clavarle los ojos intentando contener la risa, él se asombró por mi contestación tan rotunda y sin poder evitarlo comenzó a aplaudir, después de que detonará en aquel lugar sus carcajadas por encima de cualquier sonido ambiente.
Se paró en seco para colocarse delante de mí y cruzando los brazos haciéndose el interesante, mientras mantenía en su mano la correa con la que llevaba a mi perra, expresó

- Contundente y directa, bien Malú bien, pensé que ya había visto todas tus facetas pero esta nueva tan sexy me acaba de dar mil vueltas

Se lanzó efusivamente a abrazarme y sin querer dejó caer el extremo de la cuerda con la que sujetaba a Danka, instantáneamente ella empezó a correr por aquella larga calle, del mismo modo, Melendi aceleró para alcanzarla mientras se quejaba

- Joder...

Yo me detuve junto a Lola y Rumba para disfrutar con aquella escena, la carrera de Melen ni siquiera le sirvió para acercarse... al contrario, tan solo consiguió cansarse... fue entonces cuando silbé fuerte... para justo después alzar la voz con un tono serio

- ¡Danka! ¡Ven aquí!

Al segundo y sin apenas dudar retrocedió casi sobre sus mismas huellas, buscándome a mí... Melendi percibió esto y por ello paró por fin, respiró  profunda y agitadamente durante unos segundos, con su cuerpo inclinado hacia adelante y apoyando sus manos en las rodillas.

En ese momento Danka llegó y se sentó a mi lado, él aún manteniendo esa postura giró el cuello para que sus pupilas pudieran observarme, como si de un desafiante canalla se tratase... insconscientemente se mordió el labio y a mí... a mí consiguió silenciarme la risa y la vida... me congeló. Tras esto se incorporó... iniciando entonces sus pasos de nuevo para acercarse... sostuvimos nuestras miradas mientras la distancia que nos separaba se reducía... él la reducía...