Y después del enfado el calentón...

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Melendi me preguntó en ese momento

- ¿No tendríamos que hacer la comida?

- ‎Pues no lo sé...

- ‎Es que me iré pronto

- ‎¿A dónde? (giré rápido mi cabeza para mirarlo a los ojos)

- ‎Hostia a Madrid (contestó contundente) ¿qué te pensabas?

- ‎No lo sé... pero no te vayas por favor (le rogué mimosa mientras me abrazaba a él sin ninguna intención de soltarlo y dejarle regresar)

- ‎Debo llevar a Hugo...

- ‎¿Te puedo decir algo?

- ‎Supongo... aunque no me gusta ese tono (me guiñó)

- ‎¿Por qué?

- ‎Porque siempre termino cediendo...

Sonreí ante su confesión, entonces él retomó la palabra

- Estoy preparado... así que pide por esa boca

- Quedaros esta noche... y mañana de madrugada nos marchamos los cinco

- ‎Tiene clase a las nueve...

- ‎Joder Melen... no puedes dejar de ser un padre responsable y aburrido aunque sea por un día...

- ‎¿Qué cojones me estás contando? (entonó irritado al tiempo que me levantaba de sus piernas repentinamente, para después incorporarse él también)

Antes de terminar ya se estaba excusando

- Quizá me he pasado con el tono... bueno y con todo... lo siento... (me miró avergonzado) pero no quiero que se metan en la educación que proporciono o no a mis hijos, siempre intento buscar lo mejor para ellos (con los brazos rodeó mi cintura por la espalda, sin embargo casi al instante me negué desprendiendo sus manos de mi cuerpo)

- En ningún momento mi pretensión era opinar sobre la educación que les das... incluso creo que siempre te he mostrado mi admiración en tu faceta de padre y si me conocieras sabrías que jamás me entrometería en ese tema, porque tampoco soy nadie para hacerlo...

- ‎Estás equivocada... y yo... y yo soy gilipollas una vez más... me guste o no tu valoración, tienes plena libertad de decirla antes como amiga y ahora sobre todo como pareja

Entré en casa sin contestarle, dejándolo en el jardín solo... a los pocos segundos Melendi ya tenía el móvil en la mano... le estaba escuchando escondida desde dentro... podía oír perfectamente lo que él enunciaba pero no a la otra persona... aunque me imaginé quién era cuando entonó

- Al final salimos de aquí de madrugada... yo me encargo de llevar a Hugo al colegio

Me dolió lo que había afirmado y por encima de cualquier cosa las maneras... estaba enfadada sí... aunque no como desearía... no como... yo... porque siendo sincera por menos mis novios habían sufrido mi carácter sin filtros... al natural... y lo que eso supone...

Mi objetivo es que él continúe siendo él... parece ridículo sin embargo, no aspiro a cambiarlo, pero que me dedique alguna locura me enamora y lucharé para que las haga. Por ello no logré evitar alegrarme con una amplia sonrisa, al descubrir su cambio de planes para concederme el deseo.

Asomada a la puerta lo vi sentado en el borde de la tumbona, con sus ojos fijos en el frente y... y sus piernas balanceándose sin parar de un lado a otro... apoyada en el marco y sin que Melen fuera consciente de mi presencia, alcé la voz

- Eres un padre increíble...

Se giró sin levantarse mientras se humedecía los labios risueño, yo suspiré por lo que iba a reconocerle abiertamente... ya habíamos hablado de ello pero quizá no de forma tan directa. Empecé a caminar hacia él al tiempo que recuperé la palabra sin dejarle pronunciarse ante mi última intervención...

- El padre increíble que siempre he buscado para mis hijos...

Agachó la cabeza creo que emocionado por mi confesión y apresurado se derrumbó sobre mí... su mejilla cayó sobre mi hombro, perdiendo por ello de vista su rostro, sus manos se entrelazaron por mi cintura, le sentía latir sobre mí. Acaricié su pelo unos instantes, justo después besé tímidamente su nuca para atreverme a afirmar

- Amo que seas tan bebé y hombre en un mismo cuerpo

- ‎Y yo amo amarte amándome

Me perdí en su más que llamativa reiteración, aunque me parece que el mismo verbo ya consigue despistarme. Su cara se colocó por fin delante de la mia... y con alguna lágrima, espero que de felicidad resbalando todavía a través de sus pómulos me levantó en el aire, mis piernas le rodearon y sus manos asentadas sin ningún pudor sobre mi culo, sostenían todo mi peso.

Los músculos de sus brazos... de sus brazos tatuados y desnudos por esos tirantes, se marcaban excesivamente... mi abdomen pegado a sus pectorales y mis tetas rozando su cuello. Aparté mi cabello dejando caer cada mechón sobre mi espalda, para que nada pudiera molestarnos... sujeté su cuello para unir nuestros labios tan profunda e intensamente, que comprimí mi nariz contra la suya... intenté colar mis dedos por esa amplia camiseta para tocarle, aún sabiendo que mi temperatura corporal e íntima seguiría incrementándose.

Se separó de mí un instante y me contempló con amor y pasión, sin desviar sus ojos de los míos... esa pausa nos reintegró... haciéndonos recuperar el juicio... aunque sólo unos segundos... sólo hasta que su atrevimiento y travesura provocó un impulso en su organismo, lanzando por ello su boca a mis pechos para besarlos a través de la abertura que dejaba mi escotada camisa...

Ni siquiera me resistí, para qué si me encantaba... es más procuré facilitárselo y sobre todo disfrutarlo... echando la cabeza hacia atrás y sacando pecho. José salió entonces al jardín y al descubrirnos en esa tesitura se tapó el rostro instintivamente para evitar presenciar la escena, habló en alto para llamar nuestra atención

- Joder... te agradecería que no te comieras a mi hermana delante de mi cara

Melendi detuvo su acción y esquivando mi figura moviendo su cuello para visionar a José, aunque sin molestarse en cambiar nuestra postura se envalentonó respondiendo

- Te prometo que lo siento mucho José y que en el fondo me avergüenza... pero no va a ser posible porque esta muchacha me tiene loco y desatado

Yo retorcí mi cuerpo para poder cruzar la mirada con José mientras le espetaba

- Malú "Bro lo mejor será que entres dentro, la necesidad nos impide parar"

- José "Sois un puto caso a parte..."

- ‎Melendi "Antes de nada ¿cómo va Adri?"

- ‎José "Bien... aunque por supuesto peor que vosotros..."

Me empecé a reír con su contestación... mi hermano dio la situación por perdida y volvió a casa... Melendi y yo seguimos unos minutos más en nuestro momento apasionado e íntimo, mis labios impregnados por restos de su saliva y de la mía... lograron entonar

- Esta posición me impide vértela... (me acerqué a su oído para lanzarle una cuestión casi suspirando) ¿y tu entrepierna?

- ‎(Rio tímidamente) no sé para qué preguntas... si contigo pasa más tiempo arriba que abajo... muchas veces por tu culpa... provocadora empedernida (terminó la frase regalándome un rápido beso en la boca)

- ‎Ummm... pues mejor que no sepas lo que esta provocadora empedernida te haría en este preciso instante, porque me temo que el pantalón que te pusiste buscando y encontrando mi propia tentación... no soportaría tanta presión...

Gimió con sutileza al tiempo que cerraba los ojos por unos segundos, haciendo volar su imaginación... y también la mía al observarle así...

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