Tomó mis pechos entre sus grandes manos para salpicarlos con besos pasando de uno a otro indiscriminadamente. Al principio sus labios eran los actores protagonistas, sin embargo a medida que pasaban los segundos entraba en juego también su lengua que rondaba mis pezones y poco después sus dientes, mordiéndome sin perder la delicadeza, había incluso instantes en los que pretendía succionarlos y mi boca abriéndose de placer denotaba que me encantaba.
Yo con una de mis manos le sujetaba por la nuca y con la otra atrapé su pene que ya empezaba a excitarse, lo tocaba a mi antojo hasta que me detuve por un instante, él no entendió el motivo hasta que me vio agacharme a por el condón que había dejado caer al suelo hace un rato. Rasgué en ese momento el envoltorio manteniendo aún nuestras miradas fijas y tras colocarme en cuclillas justo delante intenté vestir a su erección acompañándola de caricias, él quiso ayudarme con sus manos para conseguir ese punto de rapidez de un experto que no deseaba esperar mucho.
Comencé a incorporarme de nuevo subiendo con mis dedos por su espalda recorriendo su piel con mis uñas, sin embargo apenas habían pasado unos segundos cuando sentí sus manos apoyadas en mi culo con firmeza, justo después me levantó de golpe. En seguida le rodeé con mis piernas a la altura de su cadera, Melen incluso me impulsó con fuerza como si me lanzara hacia arriba procurando encontrar la posición más cómoda sobre todo para él, entonces tras besarme apasionadamente afirmó
- Te prometo que lo voy a intentar aunque no sé si aguantaré en esta postura
- Melen no peso tanto
- Lo sé pero yo tampoco tengo la mejor condición física
- Pues ya sabes al gimnasio
Apoyé mi frente en la suya y empezamos a reír juntos, esta vez le besé yo para después añadir
- Cuando no puedas más me lo dices y ya terminaremos como lo quiera el ingenio
Guió con una de sus manos su miembro para sumergirlo dentro de mí mientras con el otro brazo mantenía mi peso encima de él, entró despacio y con cuidado logrando que me adaptara. A partir de ese momento el control lo detentaba Melendi, él se encargó de mover mi cuerpo para conseguir cada una de las penetraciones que además indirectamente rozaban también mi clítoris aumentando las sensaciones, yo intentaba facilitárselo pero eran sus brazos los que realizaban un más que brutal esfuerzo.
Cuando el sexo era más frágil y cuidadoso porque pretendíamos disfrutar de cada estímulo mis brazos rodeaban su cuello y mi frente se posaba en la suya mientras le regalaba besos, sin embargo, otras veces en las que aceleraba incrementando la intensidad simplemente mis dedos se asentaban en sus mejillas al tiempo que mi cabeza se alejaba de él, botaba con sus embestidas y mis pechos eran los que más brincaban al ritmo, algo que aumentaba la temperatura de ambos y detonaba mis primeros gemidos que ya se amarrarían a mi garganta durante el resto del tiempo.
Le pedía que siguiera continuamente, sus bíceps y pectorales se marcaban por el trabajo que hacían y algunas de sus venas resaltaban entre los propios músculos, no sabía hasta qué punto podría estar disfrutando de esto, esto que en el fondo le costaba tanto por la dificultad aunque creo que la adrenalina y la excitación fueron sus mayores aliados para aguantar. Tras unos minutos le confesé con unas palabras que casi se perdían entre pequeñas pausas y suspiros por la satisfacción
- Siempre pensé a lo largo de mi vida que había tenido orgasmos mejores o peores... sin embargo eran simples espejismos de hasta dónde puedo llegar porque entonces te probé a ti y descubrí lo que se siente de verdad (le acaricié el pelo) aunque pasen los años no dejes nunca de hacérmelo de esta forma, parando el tiempo a nuestro alrededor y consiguiendo que cada parte de mi cuerpo necesite gritar para liberarse
Sonrió tímidamente por lo que acababa de reconocer y en ese momento... y en ese preciso momento empezó a sentirlo como algo aún más personal, por ello incrementó las embestidas mientras me pegaba a su cuerpo, mis pechos se oprimieron contra sus pectorales, nuestros labios se juntaban también creando besos apasionantes que se intercalaban entre mis jadeos y sus tan sonoros resoplidos.
Los calambres que recorrían parte de mi anatomía estremeciéndome, el calor sofocante que me invadía y que con cada roce de su piel me originaba escalofríos, espasmos cada vez más frecuentes sobre todo en mi pelvis y mis ganas de explotar... todo, realmente todo me hacía entender que ya llegaba, así que me sujeté a él con fuerza para disfrutar de los últimos instantes de fusión, hasta que terminé con la boca abierta tapando la suya.
Aún así el continuó unos segundos más penetrándome hasta que consiguió alcanzar su punto culmen y tras su orgasmo frenó de golpe, ambos nos mantuvimos inmóviles intentando recuperar la respiración, Melendi en seguida se dejó caer al suelo de rodillas todavía dentro de mí, entonces por fin me ayudó a ponerme de pie.
Melen se tiró al suelo bocarriba con los brazos y las piernas entreabiertas como un ángel en la nieve con sus ojos cerrados y sin ni siquiera pronunciar palabra, estaba exhausto por el esfuerzo, el sudor se deslizaba por su tórax y su corazón latía muy fuerte contra la piel, le contemplé orgullosa y decidí recostarme a su lado asentando mi mano casi encima de su ombligo.
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¿Amigo?
Fiksi PenggemarSimplemente es una historia PARA NADA REAL, con la que por supuesto no se intenta ofender a nadie, es producto de pensar en dos buenísimos amigos entre los que al final puede pasar algo, de ahí que pensar en amistad me haya hecho relacionarlo con e...