¿Amigo?

¿De la paz a la guerra?

Me aparté de la ventanilla y comencé a decirle adiós con la mano, él me despidió con una sonrisa, con la mejor que tenía... por fin estaba en casa... De repente me volvía a ver en ese lugar, inmersa en un silencio abrumador... me quedé paralizada por unos segundos, inmóvil ante aquella escalera que conducía directamente a la tan desoladora habitación... Parecía que todo iba a regresar a la verdadera realidad, como si todo lo que había pasado estas últimas horas tan solo fuera una especie de placebo... una especie de realidad paralela.

Pero lo cierto es que ahora me sentía más fuerte o por lo menos eso creo... caminé hacia la cocina para prepararme cualquier cosa para cenar; y en cuanto lo hice el cansancio me incitaba a irme a dormir... cuando apenas me quedaban unos pasos para entrar en el dormitorio, los pies me pesaban... me costaba andar... como si un imán en el suelo tirara de mí y no me dejara dar pasos firmes y normalizados. Sin embargo, lo conseguí... allí estaba... la cama seguía deshecha y revuelta, yo... yo me grité en alto

- Vamos Malú joder, puedes... claro que puedes

Me tiré encima del colchón y.... y en unos minutos el agotamiento hizo mella y caí rendida... Cuando Melendi llegó a casa... Lucia ya estaba dormida, fue a darle un beso pero... pero se quedó contemplándola... contemplando como una personita tan pequeña te puede hacer tan afortunado, como mirarla es una de las imágenes más tiernas y relajantes de las que se puede disfrutar... porque es un momento mágico... porque transmite... transmite una paz indescriptible, un toque de serenidad... que él en ese instante necesitaba. Para Melen ver a sus hijos era lo que verdaderamente le hacía sentirse en casa... lo que yo buscaba él lo tenía y por partida triple.

Al salir de allí su mujer ya le estaba esperando, cuando lo vio le regaló un tierno beso que Melendi correspondió, entonces ella le preguntó

- ¿Qué tal amor?

- Muy bien, el ensayo ha estado increíble y yo... yo he salido francamente contento con... con todos, pero... estoy cansado... la tensión, los nervios... te desgastan

- ¿Has cenado? porque ha sobrado...

No la dejó terminar y él ya estaba respondiendo

- Nooo, no tengo hambre... lo que me apetece es irnos a dormir ya, bueno irme... tú vete cuando quieras

- Yo también me marcho sí

Ambos se metieron en la cama, Melendi la abrazó y le dio un beso fugaz en los labios para desearle buenas noches, después apagó la luz y se volteó para intentar atrapar el sueño... sin embargo no pasó ni un minuto cuando volvió a extender la mano en dirección al interruptor y lo encendió... se incorporó quedando sentado con la espalda apoyada en el cabecero... ella lo miraba sorprendida, no entendía qué hacía... entonces él se atrevió

- Cariño ¿qué te pasa con Malú?

Se levantó ella también mostrando una cara bastante desencajada

- No te entiendo ¿a qué te refieres?

- ¿Qué te ha hecho? ¿por qué te cae mal? ¿por qué no le hablas...?

- ¿Quién ha dicho eso? ¿ella? no sé por qué pero me lo imaginaba...

Melendi la miró a los ojos y le espetó

- No, no ha hecho falta que me lo diga... yo estaba ahí... lo he visto, he visto como la has ignorado y no me ha gustado nada sabes...