Él lograba calmarme...

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Caminé hacia la entrada con una expresión sería... mi sangre hervía en Madrid a un grado bajo cero, era tarde y además no estaba de humor así que simplemente saludé con la mano e intenté dibujar una sonrisa para los fans que estaban tras las vallas esperando, entré ágilmente con el camerino de Melendi como principal objetivo.

Pasé sin llamar a la puerta estaba quitándose la sudadera que traía puesta de casa, entonces riendo preguntó

- ¿Dónde quedó la intimidad del camerino?

Me acerqué a él sin contestarle, percibió mi profunda antipatía que no existía la última vez que estuvo conmigo, por eso desconcertado entonó

- Malú ¿estás bien?

- ‎¿Quién coño se creen para publicar algo así? (le mostré con rabia la pantalla del teléfono con la noticia abierta)

- ‎Joder, ya te enteraste tú también, cariño no te preocupes (sus manos recorrieron suavemente mi rostro)

- ‎¿Lo sabías?

- ‎Me ha llamado mi representante hace unos minutos para contármelo ¿tú cómo lo descubriste?

- ‎Me lo dijo mi hermano

- ‎Cambia esa cara (depositó un tierno beso en mi boca)

- ‎¿Qué vas a hacer al respecto?

- ‎Pues... pues exactamente... nada (sonrió)

- ‎¿Cómo que nada? tienes que negar esa puta mentira

- ‎No mi amor, estuve gran parte de mi vida haciéndolo y me cansé, no sirve... aprendí a ignorar las noticias, realmente es lo mejor te lo aseguro

- ‎¿Y tu imagen? ¿qué pensarán de ti?

- ‎Cariño la única imagen mía que lucho por conservar es la que tienen las personas que me quieren y a las que yo quiero... la que se pueda formar el resto me da igual, en estos momentos no me importa

- ‎Sin embargo, no es justo que te juzguen por algo que no hiciste

- ‎Hay muchas injusticias en el mundo como para detenernos precisamente en la mía... lo único que me interesa es ¿confías en mí?

- ‎Claro

- ‎Con eso me vale (sentenció guiñándome mientras se enfundaba la camisa de las audiciones un día más)

- Pero...

- No deseo ni un pero (me interrumpió colocando uno de sus dedos en mis labios) no hay más que hablar sobre esta mierda (señaló mi móvil)

- ‎(Respiré hondo y tras unos segundos contesté con tono infantil) vale... ya me callo

- ‎No me acostumbro a lo jodidamente preciosa que eres (agarró mi cabeza asentando sus manos sobre mi pelo)

- ‎(Me mordí el labio orgullosa) ¿de verdad lo crees? (mis dedos nerviosos se dirigieron hacia su camisa para acabar de abrocharle)

De pronto sus manos se precipitaron ahora hasta aferrarse a mis muñecas, ascendiendo delicadamente por mis brazos... dificultándome la tarea de introducir cada uno de los botones en su ojal... su matiz canalla en las palabras me desbordó

- ¿Por qué tiemblas?

- ‎Debo irme a vestir (dejé los dos últimos sin abotonar y me giré para huir)

- ‎No (me tomó de espaldas por la cintura) ¿estás escapando de mí una vez más?

- ‎Estás castigado por lo que me hiciste en casa... (entoné con una voz vergonzosa y una respiración entrecortada)

- ‎(Rio junto a mi oído estremeciéndome, para justo después carraspear) ¿lo dices en serio?

- ‎Sí
- ‎A mí nadie me ha castigado ni me castiga (confesó con prepotencia)

- ‎Precisamente por eso saliste así... tan desmadrado e insoportable... ya era hora de que alguien se dignara a ponerte límites

- ‎¿Tú? (preguntó con descaro)

- ‎Exacto... yo (afirmé rotunda, sin mostrar debilidad ante su repentino carisma)

- ‎¿Te vas a atrever a domarme?

- Ya lo estoy haciendo...

- ‎Eso es cierto... me dejaste sin sexo en la ducha (pronunció mimoso)

- ‎No sufras tanto... echar un polvo en la ducha no es tan armonioso como se imagina

- ‎Ahh ¿no?

- ‎Es incómodo y resbaladizo... en ocasiones ni siquiera se alcanza el orgasmo... definitivamente no es para que lo experimente cualquiera

- ‎Seguro que tú y yo encontrábamos la forma placentera de hacerlo...

- O quizá no

Se mantuvo en silencio, ávida aguardé a su próxima intervención... intervención que no llegaría, me volteé buscando quedar de frente con él... sus ojos se hallaban clavados en mí y su pecho... su pecho se hinchaba con demasiada frecuencia... me envalentoné para lanzarle una cuestión trasmitiendo cierta pasividad

- ¿Qué pasa?

- ‎Ufff... te estaba imaginando... (sus manos dibujaron en el aire supuestamente creo que mi cuerpo desnudo) contra... contra la mampara y... y yo dándote como te gusta... pufff... bebé... qué calentón...

- ‎En fin... en primer lugar... está bien que me veas así en sueños porque en la realidad tardarás en hacerlo (empujé con mi palma derecha su cara para que parara de saborearme con la mirada), en segundo lugar... te estoy escuchando mucho últimamente llamarme bebé... nena... y no sé si te besaría o te pegaría por ello... (negué con la cabeza) y en tercer lugar... y esto es una pregunta... ¿en algún momento de la vida dejarán tus dos cerebros de pensar sólo en meterla?

- ‎Esa es una buena cuestión, la verdad es que no siempre pienso en meterla... también en sacarla

- ‎Sí, para volverla a meter después...

- ‎Touché cariño

- ‎Imbécil... me marcho a mi camerino

- ‎Antes dame un abrazo pero fuerte como a mí me gustan

- ‎¿Y si no me apetece?

- ‎Pues ya me apetece a mí por ambos (me agarró de la muñeca impulsándome hasta que noté como nuestros cuerpos chocaron)

Abrí la puerta y después me giré porque ansioso mencionó

- ¿Cuándo se supone que me levantarás el castigo?

- ‎Vas a sufrir amor mío es lo único que te puedo decir... (le guiñé)

Maquillaje, vestuario... y por fin grabando a las once menos cuarto... las primeras audiciones se sucedieron sin mucha pelea por los participantes, los equipos se iban formando y éramos más exigentes a la hora de girarnos...

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