Sólo una vez más

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Sergei trató de decir algo en el minuto, pero se quedó sin palabras; sólo el gesto en su cara daba cuenta de que quería hablar.

El silencio que se hizo fue tan incómodo que hasta el café sobre la mesa parecía hablar más.

¿Un novio? 

No es que fuera increíble, pero no se lo esperaba. Habían pasado diez meses desde que ella le había dicho que lo amaba aquella tarde en que se separaron. Diez meses que habían sido toda una eternidad para él, pero que ahora le parecían muy poco tiempo para olvidar un amor. Además, ¿qué sentido tenía eso ahora? ¿Lo buscaba después de tantos meses señalando que lo extrañaba y luego, como si nada, salía con un novio? Trató de pensar rápido. Obviamente esta vez el novio no era imaginario, considerando que se lo quería presentar; pero para él era evidente que no podía ser muy serio. La forma en que Sofía lo miraba, el rubor que siempre la delataba y la electricidad que fluía entre ambos todavía estaban allí. Además lo había buscado, ¿qué más prueba de que aún sentía cosas profundas por él? No. Muy novio sería, pero no se bancaría la historia de que había dejado de quererle.

Tomó aire y al fin le salieron las palabras

-  Así que tienes un novio. ¿Y quiere conocerme, dices?

- Sí.

- ¿Y tú quieres que yo lo conozca? Sofía, fuiste al concierto, te sentaste en primera fila, me esperaste, aceptaste el café, todo eso... ¿sólo para invitarme a conocer a tu novio?

- No, claro que no...

- Y dices que tiene muchas ganas de conocerme... ¿por qué? ¿acaso le has hablado mucho de mí?

Sofía empezó a ruborizarse paulatinamente, pero no logró responder a tiempo. Sergei continuó, implacable

- Le habrás hablado cosas muy buenas o muy malas, porque o me quiere hacer su amigo o me quiere pegar, yo no veo más razones para que un novio quiera conocer al ex

- Él no sabe que estuvimos juntos. - improvisó -  Quiere conocerte porque eres un músico famoso y porque fuiste uno de nuestros casos alguna vez.

- Ah. También es policía. Y no sabe que estuvimos juntos.

- No. No sabe.

- Ya veo.  ¿Y estás enamorada de él?

- Le quiero mucho, sí.

Sergei sonrió, triufal. Tomó sus manos entre las suyas antes que ella pudiera evitarlo y se las sostuvo con firmeza.

- Una de las cosas que más me gustan de ti es que no sabes mentir. No, no pongas esa cara. Voy a conocer a tu novio y seré muy amable con él, haré todo lo que me pidas. Pero no intentes hacerme creer que ya no me quieres, porque todo en tu cuerpo me grita lo contrario. Yo sé que aún me quieres. 

- Sergei, suéltame las manos.

- Muy bien - dijo, soltándoselas, pero cambiando de asiento para estar más cerca de ella.

- Qué haces

- Nada. Por qué, ¿acaso te pone nerviosa que esté cerca de ti?

- ... No.

- Oye, y dime, ¿qué piensa él de que hayas venido a verme esta noche? 

- Nada. No piensa nada.

- ¿Y no siente celos de mí?

- No es celoso.

- ¿Y no le da miedo que yo intente reconquistarte?

- No

El caso 22Donde viven las historias. Descúbrelo ahora