- No me mires así, ¿qué esperabas? Si voy a trabajar contigo tengo que estar seguro que estamos del mismo lado.
- Ya, pero de qué hablas
- ¡Ay, Sofía, por favor! - dijo Esteban, sentándose en un banco de la plaza, seguido de ella - Me dijiste que entre ustedes sólo había existido algo superficial, intrascendente. Pero se te olvida que yo te vi esa noche en el baile. El modo en que se miraban no era de amigos. Además, andaban juntos para arriba y para abajo, ¿qué querías que pensara? Cuando el tipo se fue a centroamérica por tres meses andabas como alma en pena.
- ... Cuatro. No tres.
Esteban sonrió
- Tres. El primer mes no lo viste, pero anduvo detrás de ti todo el tiempo, como una sombra.
- ¿Qué?
- Sí. Yo lo estaba vigilando, ¿recuerdas?
Sofía se quedó de una pieza
- Pero cómo es posible
- Se cuidó muy bien de que no lo vieras. No me preguntes por qué lo hacía, no tengo idea. Sólo sé que te miraba de lejos; una vez pasó más de una hora con la vista fija en tu ventana, hasta que apagaste la luz. Sicópata o romántico, tú sabrás mejor. Luego se fue y yo suspendí mi investigación. Hasta ahora. Comprenderás que tenía dudas razonables sobre el nivel de profundidad al que habían llegado, ¿no?
- ... Bien, ¿y cuál es tu conclusión?
- La única conclusión obvia: que están juntos nuevamente. Y no te atrevas a decirme que no, porque me ofenderé. No se trata sólo de los celos de él, evidentes durante todo nuestro último encuentro. También estás tú y tu cara de preocupación cada vez que yo decía algo relativo a nuestra relación; con toda seguridad el pobre infeliz no sabe que "lo nuestro" es mentira, ¿o me equivoco? De otro modo, poco te habría importado fingir que nuestro noviazgo iba de maravilla. Pero sí te preocupa; no quieres que él sufra ni que piense que eres del tipo de mujer que se puede acostar con dos hombres a la vez.
Sofía no supo qué decir. Esteban continuó.
- Ya. Suéltalo. Se reconciliaron, ¿verdad?
Sofía se limitó a mirarlo con una mueca de resignación y a asentir con la cabeza. Le quitó el cigarro y, tras un par de fumadas, se lo devolvió.
- Lo siento, sé que estuvo mal, pero no pude evitarlo.
- Está bien. Pasa por ahora, pero es importante que no vuelvas a mentirme más; somos un equipo y si no puedo contar contigo, entonces tendré que dejarte fuera de la investigación.
- ... ¿No me vas a sacar ahora? - preguntó ella, sorprendida
- No. Me sirve que estés cerca de él. Además, conociéndote, sé que te entrometerás igual. Sin embargo, para todos los efectos, será mejor que el mundo siga pensando que tú y yo estamos de novios. De otra manera no me aceptarán en su grupo y yo necesito averiguar qué tan profunda son las raíces del FIR en nuestro país; y, desde luego, evaluar las intenciones de Carrizo, porque si es quien creemos que es, entonces hay que detenerlo.
- ¿Y Sergei?...
- Por su propio bien, es mejor que también lo siga creyendo; puede salírsele la verdad delante de alguno de sus amigos y es lo que menos queremos. Por cierto, sería bueno que le pusieras un poco más de empeño a nuestro amor, porque así como me tratas en frente de él, no creo que tengamos mucho futuro.
Sofía sonrió, pero no habia auténtica alegría en su mirada.
- ... Te lo agradezco.
Esteban la miró con cierta lástima. Sabía que era difícil para ella, así es que trató de animarla.
- Ya, ya, pero no sufras. Prometo ser un poco menos canalla, aunque te confieso que fue divertido torturar a tu ruso.
- No me vuelvas a llamar pichoncita
- Ok
- Y nada de alusiones sexuales
- ... ¿Ni una? Pero los hombres...
- No, ni una - interrumpió ella
- Lástima. Está bien.
- Gracias.
- Ya, no me lo agradezcas. Mejor cuéntame cómo fue esa reconciliación. ¿Se humilló frente a ti? ¿Te pidió perdón? ¿Te rogó? ¿Hubo sexo?
- No te pases.
Él rió
- Ven, te invito a mi departamento a tomar un té. Si vamos a fingir que somos novios, es importante que sepas dónde vivo, mi amor.
Sofía lo miró, levantando las cejas. Él sólo se rió y siguió caminando.

ESTÁS LEYENDO
El caso 22
RomansUna joven detective es enviada a investigar un caso de espionaje internacional, pero nada es lo que parece. El sospechoso, un joven y atractivo violinista, da vuelta su mundo al revés, obligándola a revisar su propia historia y a lidiar con el deseo...