Claroscuro

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El beso en la puerta del departamento se hizo eterno. No le había dado oportunidad ni siquiera para saludar, cuando se arrojó sobre ella para invadirla.

Sofía trató de tomar distancia, balbuceando algo sobre la puerta; Sergei detuvo su ataque para mirarla muy de cerca

- ¿Qué?

- La puerta. Está abierta.

Volteó levemente, sin soltarla, y con el pie la empujó, hasta cerrarla.

- Listo - dijo, y reanudó su acometida.

Sofía no pudo evitar reírse y él tuvo que detenerse nuevamente

- Qué pasa, por qué te ríes

- ¿No crees que deberíamos conversar?

- Claro. 

- ...

- Ah, tú dices "ahora".

- Sí, ahora.

- Hummm... No. Yo creo que mejor "después"

Sin hacer caso de sus protestas, Sergei la llevó retrocediendo hasta el sofá y se arrojó sobre él, con ella entre sus brazos. Cuando su falda empezó a enrollarse misteriosamente hacia su cintura y la blusa había perdido un par de botones, Sofía lo obligó a detenerse

- No, no, espera

- Qué pasa - preguntó él, preocupado

- Necesito saber qué es todo esto antes de seguir

La agitación que había hecho presa de él derivó en un gemido de lamento, mientras descansaba su cara sobre uno de los hombros de Sofía. La mano que a esa hora iba en rumbo cierto hacia su pecho, se deslizó hacia su espalda. Tomó aire en un largo respiro y volvió a mirarla de frente

- ¿Estás segura que no quieres que hablemos depués? he fantaseado con este momento todo el día.

- Segura.

- Está bien - dijo, separándose de ella de mala gana y sentandóse a su lado. - Dime. Qué quieres saber.

- La verdad. Qué es lo que verdaderamente haces aquí, por qué necesitas de mi ayuda, qué papel juego yo en todo esto... Sé tan poco sobre ti

- La verdad. Eso es tan enorme, Sofía. Te puedo dar varias verdades; mis verdades. Por ejemplo, que me fascinas. Que me traes loco desde que entraste al baile de conmemoración en ese vestido rojo y abofeteaste al alcalde. Que creo que eres única en tu tipo. Que he deseado tenerte desde que te vi. Que creo que lo que pasó anoche fue increíble. ¿Qué más necesitas saber? Yo sé que sientes algo similar hacia mí, porque puedo notar que te pasan cosas cuando te miro y cuando te toco. ¿Acaso son necesarias tantas explicaciones?

- Necesito saber quién eres.

- Por qué

- ¿Por qué no?

- ¿Cambiaría en algo tu percepción sobre mí si te enteras de todos los asuntos políticos o ideológicos que me motivan? ¿Cómo se conoce verdaderamemente a una persona, Sofía?

Sofía se puso de pie y se paró frente a él

- No, detente ahí. No soy una chiquilla de 15 años. Comprendo perfectamente bien la belleza del sexo y la distancia entre el cuerpo y el alma. Tú y yo podríamos jugar este juego eternamente y pasarlo de maravilla sin mayores compromisos, pero por más que esté lejos del amor idealizado, la entrega del cuerpo es aún algo demasiado íntimo para tomarlo a la ligera; requiere de confianza. Es lo mínimo. Y yo apenas te conozco; no puedo confiar en ti.

El caso 22Donde viven las historias. Descúbrelo ahora