Sofía y sus tres acompañantes llegaron al hotel pasada la medianoche, exhaustos y preocupados. Pese a que tenían una causa probable contra Bruno, no había suficiente información para tomarle preso y todo lo que consiguieron fue una orden de vigilancia; pero eso era suficiente por el momento. Esteban se mostraba optimista, a pesar del escepticismo de Sofía.
- Un cadáver con un balazo en el cráneo no bastará para inculparlo. Podría haber sido cualquiera. Ivanov tenía tantos partidarios como detractores, había mucha gente que lo quería muerto, no sólo Bruno.
- Sí; pero no todos tenían un motivo tan personal ni estaban tan cerca. Las fechas coinciden, Bruno estaba infiltrado en el tiempo que Ivanov murió. Aún si hubiese sido otra persona, ¿no crees que lo primero que hubiesen hecho sería exponer el cadáver como un trofeo? Que hubiese aparecido en una fosa clandestina dice bastante de la situación.
- Mira, Esteban, yo agradezco todo lo que estás haciendo. Les agradezco también a los pobres de Suárez y Agostini que vinieron hasta acá arrastrados por ti, pero a mí lo único que me interesa es sacar a Sergei de este embrollo. Yo lo hice venir acá, se lo puse en bandeja a Bruno, si le pasara algo jamás me lo perdonaría.
- Ya. Y qué vas a hacer, ¿ir y decirle la verdad? "Oye, tu papá esta muerto, creemos que Octavio lo mató, devuélvete a Chile". ¿Eso?
- Bueno... No así... Pero hay que advertirle que corre peligro al menos, ¿no?
- Suerte con eso. Me gustaría escuchar lo que le vas a decir, primero, para explicarle por qué le mentiste y, segundo, para evitar que intente atacar a Bruno.
- ... Podríamos simplemente traerlo a nuestra habitación o a la de los chicos y dejar que Bruno se desespere buscándolo.
- Claro. Podríamos. Pero así no vamos a atrapar a Octavio. Necesitamos que se ponga en evidencia, sacarle una confesión o derechamente pescarlo in fraganti
- Poniendo en peligro a Sergei
- No entiendes, Sofía; mi punto es que si le decimos la verdad a Sergei estará más expuesto al peligro. Bruno lo trajo hasta acá con un propósito; puede ser que esté tras otra célula del FRI, como lo ha hecho tantas veces o que ya definitivamente quiera deshacerse de él. Sea cual sea el escenario, podemos pensar que no lo matará en un hotel, sino que buscará un lugar más favorable. Traje conmigo a Suárez y a Agostini porque ni Sergei ni Bruno los conocen y pueden seguirlos sin ser notados.
- Bruno es demasiado astuto, Esteban. Lo estás subestimando.
- No - dijo Esteban, meneando la cabeza - Tú me estás subestimando a mí. Dame un voto de confianza por una vez. No voy a dejar que le pase nada a Sergei. Mañana mismo iré a la prefectura local a buscar apoyo. Tú quédate acá. Veré la manera de conseguir algo para comer, ¿te parece?
Sofía lo miró y trató de darle una sonrisa, pero todo lo que le salió fue un gesto de resignación.
Cuatro pisos más abajo, de pie junto a la ventana, un abatido Sergei sentenciaba con gravedad, mirando hacia el horizonte.
- Me vuelvo a Rusia. Está decidido.
Octavio, sentado en su cama, agobiado ya de la depresión de su acompañante, se tiró hacia atrás, en un gesto de cansancio
- Sergei, comprendo tu decepción, pero creo que no estás en condiciones mentales de tomar ninguna determinación. Ya es tarde, creo que deberíamos dormir.
- Da igual lo que creas. No tengo nada más que hacer aquí. No voy a ser el causante de que mi padre sea encerrado en la cárcel y no voy a volver a Santiago.
- Por Sofía. Vas a dejar a todos tus amigos sólo para no ver más a una mujer. Muy maduro de tu parte.
- Piensa lo que quieras, ya tomé mi decisión.
Octavio suspiró profundamente y volvió a sentarse sobre su cama.
- Escucha. He estado pensando mucho y creo que tienes razón en no reunirte con tu padre, al menos no en un lugar cerrado y no de forma privada. Pero sucede que hay una gran marcha popular agendada para la próxima semana y creo que tal vez podrías verlo sin riesgos ahí. En medio de la multitud no podrán hacer nada y será más fácil evadir el peligro. No has viajado todos estos años de un lado a otro sólo para huir en el último momento, ¿no crees? Tu padre no merece eso de ti.
Sergei no contestó. Octavio volvió a reclinarse, resignado al mutismo, pero en el fondo sabía que Sergei no se iría y que tenía media batalla ganada.
- Mañana haré las averiguaciones necesarias. Creo que esta vez sí daremos con él. Dame al menos un día de gracia antes de tomar decisiones que afectarán toda tu vida.
Por primera vez en mucho rato, Sergei volteó para mirarlo y sólo asintió con un gesto, muy brevemente, para retornar nuevamente a la vista de la ciudad iluminada.
Esa noche apenas pudo dormir. Escuchó a Octavio levantarse temprano y salir, pero no tuvo ánimos para decirle nada, así es que fingió que dormía. Se quedó mirando el cielo raso de su pieza durante un par de horas, pero terminó por aceptar que mientras más vacío era el panorama, más rápido se llenaba de Sofía y se levantó.
Deambuló cansinamente por los pasillos del hotel y sus espaciosas galerías hasta que decidió quedarse un rato sentado junto a la piscina, mirando distraídamente a las personas ir y venir. Detuvo su mirada un rato sobre una chica que fumaba sentada en el otro lado de la piscina. Sentada convenientemente de espalda al viento para que se llevara el humo de su cigarro, permanecía con la mirada fija en algún punto indeterminado, como si lidiara también con sus propios pensamientos. Sergei hubiese jurado que era bonita, aunque no lograba verla bien, pues el viento también se llevaba su cabello por delante. Cuando se dio cuenta de que la miraba porque le recordaba a Sofía, bajó la mirada, avergonzado de sí mismo, y trató de mirar hacia otra parte. Pero no tuvo éxito: invariablemente, al cabo de algunos minutos volvía a mirarla sin darse cuenta, así es que terminó por entregarse a lo que él denominó internamente su idiotez y se quedó mirándola, ya sin disimulo.
Cuando Sofía terminó de fumar su cigarro y buscó con la mirada algún lugar apropiado para tirar su colilla, se encontró de lleno con los ojos asombrados de Sergei. Pensó en esconderse, pero ya era tarde para huidas. Y estaba dispuesta a acercarse y dar explicaciones cuando, fuera de todo lo previsto, se dio cuenta que el que iba huyendo era él.
![](https://img.wattpad.com/cover/67454186-288-k547759.jpg)
ESTÁS LEYENDO
El caso 22
RomanceUna joven detective es enviada a investigar un caso de espionaje internacional, pero nada es lo que parece. El sospechoso, un joven y atractivo violinista, da vuelta su mundo al revés, obligándola a revisar su propia historia y a lidiar con el deseo...