Capítulo 40

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En la mañana siguiente...

Narra Richard:
Desperté como a las 10:00 de la mañana, no me dolía nada, es como si los medicamentos hicieron magia. Miré a Erick quien estaba mirando el techo como pensativo.
Richard: buenos días Erick.
Erick: ¡eh ah!... Buenos días... ¿cómo te llamas?
Richard: Richard, mi nombre es Richard.
Erick: ah Richal ¿Oye me prestas tu celular para buscar el grupo...? ¿Cual fue el que me dijo Jaimy? Es para buscar el grupo en el que canto.
Richard: cantamos... Jajaja se llama CNCO y claro aquí tienes mi galería allí encontraras todo lo que necesitas ver.
Erick tomó mi celular y miró toda la galería, me hacía preguntas y yo le respondía. En eso llega el doctor a darnos de alta y llamé a Renato para que nos buscara. Llegamos al hotel recogimos todo y mientras esperábamos a que diera la hora de irnos seguimos poniendo a Erick al día. Según él, tenía vagos recuerdos de algunas cosas, pero poco a poco lograremos que recupere la memoria.
Llegó la hora de irnos, esta vez viajamos de noche, abordamos el avión que nos llevaría directo a Miami a Joel, Erick, Chris y a mi. Zabdiel tomó un avión a Puerto Rico y Renatico se fue a Canada. Tenemos libre hasta que Erick se recupere por completo. Tan pronto llegamos llamé a (Tu nombre), me muero por verla. Llegó al aereopuerto acompañada por Jaimy y Trish y nos llevaron a todos a su mansión. Wow que maravilla de casa. Nos acomodaron habitaciones y dormimos en su casa por esta noche.
Richard: (Tu nombre), mi amor mañana quiero llevarte a un lugar especial que reservé para nosotros.
(Tu nombre): ¿de verdad? Que hermoso mi amor, claro vamos.
Richard: bueno nos iremos temprano en la mañana, estaremos tres días ¿te parece?
(Tu nombre): contigo estaría la vida entera mi amor.
La besé con mucha pasión y suavidad al mismo tiempo. La necesitaba demasiado, no se como lo hace, pero me vuelve loco. Estoy seguro de que mañana será un día de mucha pasión y amor. Nunca pensé que lo diría, pero la amo, la amo mucho. Será mi novia y más adelante mi esposa, nadie se interpondrá en nuestro amor.

En Puerto Rico...
Narra Zabdiel:
Por fin llegué a mi Puerto Rico. Mi familia me espera. Aprovecharé para ver a Keshy de una vez, empezamos algo y lo tenemos que terminar. Mi familia me buscó en el aeropuerto. Al siguiente día me levanté temprano, salí a dar una vuelta con mis padres y en la tarde llamé a Keshy.

EN LA LLAMADA...
Keshy: hola Zabdiel.
Zabdiel: hola chula ¿todo bien?
Keshy: super ¿y tu?
Zabdiel: de maravilla ¿que haces, podemos vernos?
Keshy: en mi casa. Claro que podemos vernos muero por verte.
Zabdiel: paso por ti en una hora, arréglate muy bien y empaca ropa extra.
Keshy: como digas tesoro ¿iremos al mismo lugar de la última vez?
Zabdiel: tal vez sí. Nos vemos ya mismo.
Keshy: adiós baby.
FIN DE LA LLAMADA.

Narra Keshy:
Me encanta recibir llamadas de Zabdiel, este chico activa y revuelve todas mis hormonas. La última vez que estuvimos juntos fue mágica y todo comenzó con un beso, en el momento que me acorraló contra la pared de tanta pasión supe que todo pasaría a un segundo plano. Por cada pieza de ropa que nos quitabamos mas crecía el deseo y las ganas de sentirlo dentro de mi. Me dio un pequeño empujón y me tiró en la cama de aquel Motel, besó mi cuello, mis senos y bajó a mi zona V. No podía evitar gemir de placer, minutos más tarde Zabdiel estaba sobre mí haciéndome suya como nadie nunca lo había hecho una y otra vez con movimientos pélvicos suaves, matándome de placer y haciéndome querer cada vez más y más. Recogí ropa y me preparé para repetir por última vez lo rico de hacer el amor con Zabdiel. Estoy enamorada de él obviamente, pero no se lo diré además en dos semanas me mudaré a Francia y no volveremos a vernos nunca más, no es algo que yo escogí así que tengo que irme.

Narra Zabdiel:
Me aliste y patse por Keshy, es obvio que quiero volver a estar con ella, es una Diosa, pero también quiero hacerla sentir especial así que la llevé a un restaurante lujoso, platicamos un rato y me dijo que se irá a Francia, me dolió mucho, pero ni modo así es la vida. La llevé a un Motel y la hize mía nuevamente nos teníamos tantas ganas que repetimos y repetimos, perdimos la noción del tiempo.

No EntiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora