Capítulo Veintisiete

398 62 29
                                    

Capítulo Veintisiete

Viterbo, Italia

30 de agosto, 2003

—¿Y bien? —cuestionó Basilio incitando a Rubí a adelantarse.

La evaluación había acabado y estaban en medio de la reunión con los nuevos supuestos caporegime, aunque al parecer ninguno se veía muy dispuesto o feliz de estar ahí. Rubí se adelantó mostrando cuatro llaves en su poder dejándolas en medio de la mesa.

—¿Solo cuatro? —cuestionó Basilio. —¿Quién tiene la quinta?

Rubí asintió hacia Rubén quien sacó de su bolsillo la llave, provocando que todos en la mesa se alteraran y comenzara a reclamar.

—¡Es injusto, seguro fue menos dura porque fue su capo! —exclamó Matteo.

—Es trampa, tenían un arreglo —acusó Satino.

—Basta señores —acalló Basilio, indicando a Rubí. —¿Qué ocurrió?

—Así como ustedes han dicho, Rubén trabajó conmigo, por eso conoce mis tácticas, todas las evadió, incluso la última en donde la mayoría de ustedes cayeron, él terminó volteando todo, no es culpa mía que el desgraciado sea mejor y que sepa ir en mi contra.

—¡Tenía ventaja! —exclamó Vicenzo.

—Me gustaría hacer una última prueba, Don —pidió con cautela.

—Dime.

—Un combate, entre los cinco —indicó señalando la mesa. —No quieren a Rubén porque creen que le di facilidades cuando en realidad fui incluso más dura con él, entonces me gustaría que le diera la oportunidad a Rubén de demostrar en un round con cada uno de lo que es capaz.

—¿Estarían dispuestos todos ustedes? —preguntó Basilio.

Matteo y Santino se miraron de un lado a otro, mientras Vicenzo elevó su mano izquierda pidiendo la palabra.

—Yo no puedo, tengo un brazo roto —señaló entrecerrando los ojos hacia Rubí.

—Acepto —se apresuró a decir Dante con tranquilidad.

—Nosotros también.

—Bien, vamos.

Basilio se levantó invitando a todos a salir. Donato movilizó al grupo indicando el lugar en que el combate se llevaría a cabo mientras que Rubí y el Don se quedaron atrás esperando que todos salieran.

—Tengo que decirte algo antes —susurró Basilio a Rubí al tiempo que el último de los nuevos caporegime salía.

—¿Mmh?

—Intentaron matar de nuevo a Biago —Rubí se giró en redondo para observar a Basilio. —Viene en camino y mi decisión será que deje por un tiempo los negocios para que se concentre en el matrimonio.

—¿Esa es tu solución? —exclamó molesta. —Un imbécil está intentando matar a tu hijo y tú lo envías a casarse.

—Te estoy informando porque eres quién vino a ayudar en eso, ¿no?

—¿Qué quieres que haga? —cuestionó molesta.

—Recuerdo haber pedido que te alejaras, pero no puedo arriesgarme más ahora, es la vida de mi hijo.

—¿Quieres que esté a su lado? ¿Qué cuide de la Señora Fiore y de Biago? ¿Cómo mierda haré para dividirme en dos, Basilio?

—Rubí, ni siquiera estás esperando a que te dé la maldita orden, eres desesperante.

Rubí // Killer I: La Joya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora