Especial #6

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ADVERTENCIA: ESPECIAL LARGO, MUY LARGO, POR LO QUE SERÁ LA ÚNICA ACTUALIZACIÓN DE LA SEMANA, QUE LO DISFRUTEN Y NOS LEEMOS LA PRÓXIMA SEMANA. LES AMO.

Especial: Las Vegas

San Luca, Italia.

07 de enero, 2005

Cerró su maleta confirmando que ya estaba todo listo para partir, se reincorporó al momento que sentía como alguien la tomaba desde atrás dándole un agradable abrazo. Pasó sus manos sobre sus caderas y sin muchos pretextos ella dejó sus manos sobre las de él con tranquilidad.

—¿Puedes creer que nos iremos a la vegas? —susurró Adolfo innecesariamente cerca.

—Me parece que estás bastante entusiasmado —respondió Rubí sin dar indicio de alejarse.

—Claro que lo estoy —comentó inclinándose para ver su rostro. —Por fin podré salir de este lugar, aunque sea por unas semanas. ¿No crees que es genial, esposa falsamente amada?

—Creo que es un apelativo demasiado largo —rió. —¿Por qué no solo esposa falsa y ya? —se giró sobre el mismo abrazo para poder pasar sus manos por los hombres de Adolfo hasta enlazar sus dedos tras su nuca.

—Porque ya te lo he dicho, estamos casados por las leyes de la Ndrangheta, por las leyes católicas y... por las leyes italianas no estoy seguro, pero estoy completamente seguro de que nuestro matrimonio es legal. Así que lo único falso es nuestro amor.

—Woh, que explicación más larga —comentó riendo, pero sin pasar por alto la cercanía que se hacía cada vez más mínima.

—Aunque si quieres, puedo acotarlo a... esposa amada, simplemente —susurró Adolfo inclinándose para acercar sus labios a un milímetro de los de Rubí.

—¿Ya no sería falsamente amada? —respondió Rubí dejando que la sensación de intimidad se acrecentara.

—Solo si lo deseas... —murmuró a punto de sellar el espacio.

—¡Disculpen! Oh, lo siento —la intromisión de Idara a la habitación provocó que ambos se alejaran de inmediato, casi tropezando con sus propios pies. —Puedo volver en otro momento —susurró Idara con una sonrisa culposa.

—Tranquila, ¿Qué ocurre? —preguntó Rubí yendo hacia ella.

—El señor Piero quiere que vayas con él antes de que llegue el auto, creo que te dará información importante.

—Bien, ¿te ocupas de llevar las cosas por mí, Adolfo, por favor? —indicó a su esposo que estaba mirando a cualquier lado menos a ella.

—Claro, no te preocupes.

Sonrió, consciente de que con el viaje no solo quitaría esa mirada en él sino que además habría muchas cosas que solo dejaría que sucedieran. El viaje sería su tiempo fuera, no importaba lo que tendría que dejar sin vigilar, sabía que muchas cosas se podrían escapar en esas semanas, pero no importaba porque por una vez en mucho tiempo quería realmente pasarlo bien y disfrutar aunque fuera un poco de paz.

Caminó escaleras abajo para dar vuelta en el pasillo y llegar hasta Piero que se encontraba tranquilamente mirando hacia la ventana de su oficina. El hombre con toda su actitud de relajo se giró para darle atención a Rubí, ofreciéndole una suave sonrisa.

—¿Está todo listo para el viaje? —preguntó por cortesía caminando hacia su escritorio.

—Todo listo.

—Excelente. Llegó esto esta mañana, creo que es de los Santistas como regalo de la epifanía.

Le extendió un sobre amarillo lo suficientemente grande y pesado como para darse el tiempo de abrirlo con cuidado. Se apresuró a descubrir lo que contenía y le fue imposible no extender una sonrisa regocijante en su rostro al ver cada detalle de la información que le habían enviado.

Rubí // Killer I: La Joya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora