[Especial: Muros]
Aurelia, Italia
18 de septiembre, 2003
El olor a licor y tabaco era mucho más fuerte de lo que estaba acostumbrada, el subterráneo estaba atestado por gente que parecía profesional y lo que más le llamaba la atención es que a pesar de que fuera bastante más pequeño que el primer lugar en el que peleó, este también tenía una reja para los luchadores. En ese mismo momento se encontraban dos hombres sin playera, completamente sudados y con unos pantaloncillos cortos que se ajustaban bastante bien a su cuerpo, movió su cabeza para observarlos de mejor forma lo que terminó sacándole un suspiro.
—Esto me está gustando —comentó.
Observó a Rubén que estaba a su lado, pero al parecer él no estaba tan contento como ella por el lugar. La verdad es que era un asco, podía sentir que la perversión era el centro del lugar puesto que habían varias mujeres además de ella, solo que a comparación estaban en ropa interior y con bandejas en mano sirviendo a los presentes.
—Este lugar no me gusta mucho, pero puesto que insististe es lo más cercano que había —explicó Rubén bajando su cabeza hasta llegar a su oído.
La clara explicación pudo ser la música alta y los gritos de los hombres a su alrededor cada que uno de los hombres acertaba un golpe, pero la verdad es que había algo más ya que había notado de ante mano lo cariñoso que estaba Rubén con ella. La verdad no se negaba, tampoco era como si le molestara, pero se comenzaba a preguntar cuánto de ello Rubén estaba malinterpretando y cuánto dejaría pasar ella misma.
—¿Hablaste con el coordinador de esto? —señaló el lugar cruzándose de brazos mientras observaba a los hombres pelear.
—Sí, te dejaran entrar una vez esto acabe, pelearas con el ganador.
—¿Sabe quién soy?
—Aquí, mi querida Rubí, nadie sabe quién eres, para todos ellos solo serás la joya y nunca más te volverán a ver en su vida, ¿estamos de acuerdo con eso? —se giró a verlo un poco desconcertada con el comentario.
—Me intriga esto del anonimato, pero... no me estoy escondiendo, ¿Por qué...?
—Estos hombres no salen a la luz del día como todos los otros, son apostadores, secuestradores, estafadores y todo lo que está mal en este mundo, por lo que si los ves una segunda vez estoy seguro que será en uno de tus trabajos amados.
—Claro, como si lo que yo hiciera no estuviera mal para el mundo.
—Entonces calzas perfectamente en este lugar.
Se rieron viendo como el hombre de espaldas a ellos daba un último golpe a su oponente hasta hacerlo caer dentro de la reja. La mayoría celebró, al parecer era el favorito, otros no parecían muy felices dando algunas maldiciones y los que comúnmente miraban desde arriba podían notarse poco interesados ya que al parecer el segundo piso eran cubículos exclusivos en donde las mujeres parecían gemir con recurrencia.
—Una vez ganemos dinero suficiente nos largaremos de este lugar, ¿de acuerdo? —demandó Rubí quitando su chaqueta para avanzar hacia la reja.
—Claro —logró escuchar a Rubén al tiempo en que se alejaba perdiéndose entre la muchedumbre.
Llegó hasta el extremo abierto de la reja en donde dos fortachones sacaban al hombre caído completamente ensangrentado e inconsciente. Se dijo a si misma que por lo menos había dado una buena pelea de lo poco y nada que había visto, ya que el oponente en medio de la reja no parecía irse con juegos.
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Rubí // Killer I: La Joya.
БоевикEn un mundo en el que no se puede confiar en nadie, ella llega sin armas ni memoria para defender al sottocapo de una familia mafiosa en Italia. En un mundo en el que en realidad nadie la dejará participar, tendrá que demostrar con sangre y sudor, q...