Capítulo Treinta y Ocho
Santuario della Madonna di Polsi, Italia.
25 de abril, 2004
Después de una semana realmente estupenda en Roma había tenido que regresar al único lugar en el que sabía que la podrían resguardar, no recordaba realmente su pasado en San Luca, pero por alguna razón lo hallaba bastante familiar, eso debía ser algún avance, tal vez.
En ese momento estaba frente a una junta directiva, algo que simplemente la tenía sin cuidado, pero que al parecer en La N'drangheta era bastante importante dialogar entre todas las familias. Las principales familia en la reunión eran los Rossi, representados por Piero, la familia Vottari, representada por Angelo, la familia Pesce, representada por Calvino, la familia Stragio, representada por Francesco y finalmente la familia Belloco, representada por Romeo. El grupo de cinco hombres eran los jefes de las diferentes familias de Calabria, repartidos en cada cuidad de la provincia, la jerarquía, a diferencia de Cosa Nostra, era solo necesaria para solución de problemas, como el que estaban teniendo en ese momento, en donde el mediador era representado por Piero, quien además de solucionador de problemas hacía de mensajero cuando era necesario llevar la organización a otras reuniones fuera de la región, una vez realizado entregaba la información a cada uno de los jefes de familia para llegar a un acuerdo mutuo.
Si lo analizaba eran una organización bastante diplomática en la cual no cualquiera podría pertenecer, ya que la única forma de obtener un lugar más alto que el de un simple soldado era solamente con la relación de sangre de forma directa.
En el segundo que encontraron a Rubí en la reunión los saludos afectuosos no se hicieron esperar, todos parecían conocerla de hace bastante tiempo y con efusividad demostraban lo felices que estaban de su "regreso a la vida". Los cuatro hombres que se fueron acomodando en sus sillas hacían preguntas relacionadas a lo sucedido, pero aunque Rubí hubiera querido responder, solo se mantuvo observándolos con detalle y paciencia mientras lentamente se iban callando y era Rossi quien tomaba la palabra.
—Xia ha perdido la memoria.
—¿Qué? —se escuchó en medio de la reunión.
—¿Qué es lo último que recuerdas? —interpuso Angelo con sorpresa.
—Solo haber despertado en un lugar extraño siendo torturada y luego la presentaron frente al Sottocapo de Viterbo —respondió Piero por ella.
—Entonces... ¿No recuerdas nada, nada, de lo que has hecho por nosotros?
—¡Podríamos pasar de ello y hacer como si no nos conociéramos! —exclamó Calvino lo cual hizo reír a los presentes menos a Rubí.
—Si eso fuera posible, Pesce —suspiró Piero. —Pero somos hombres de honor y debemos devolver la mano —sentenció haciendo a todos asentir.
—¿Qué es lo que necesitas de nosotros, Wang Xia?
—Buscar mis memorias, tal vez —susurró sin levantar la mirada. Pero cuando los vio a cada uno de ellos sabía perfectamente que la petición no estaba ni cerca al relacionarse con su pasado. —Quiero eliminar la existencia de la familia Vitelo.
El murmullo que apareció entre los jefes de familia fue solo a base de una sola pregunta: ¿Cómo lo haremos? Ninguno tuvo la duda de que no lo llevarían a cabo, no había forma en que no siguieran una petición como esa.
—Creo que sé cómo podemos manejarlo —habló finalmente Piero. —Pero a cambio tendrás que hacerme un nuevo favor, Xia.
—¿Cuál?
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Rubí // Killer I: La Joya.
ActionEn un mundo en el que no se puede confiar en nadie, ella llega sin armas ni memoria para defender al sottocapo de una familia mafiosa en Italia. En un mundo en el que en realidad nadie la dejará participar, tendrá que demostrar con sangre y sudor, q...