TORTURA Y CONFESIONES

125 18 3
                                    


El grito de dolor de Drácula perforo mis tímpanos hasta desgarrar una parte de mi alma. Su boca se abrió al punto de lo antinatural, sangre negra se derramo por ella y cayó sobre mí. Sus rodillas se doblaron y su peso inerte se derrumbó sobre mí. Estaba en estado de shock sosteniendo su cuerpo sin vida. Lagrimas se derramaron por mis mejillas, pero apenas era consciente de lo que pasaba.

Eligos había tomado sus manos y había redirigido la espada para que atravesara su corazón. Él estaba de pie devolviéndome la mirada. Creí que todo había sido una ilusión, fue tan fugas que apenas logré captarlo. Pero el peso del cuerpo sobre mí era una pista clara lo que había pasado.

Paso un tiempo antes de que alguno reaccionara y me quitaran a Drácula de encima.

-¿Te encuentras bien? - apenas lograba entender lo que decia un preocupado Eligos, me encontraba aun aturdida.

-no lo sé... Creo que si - mire el cuerpo de Vlad Drácula por unos segundos antes de Abigor me obligara a mirarlo a él.

-¿Crees que puedes caminar? - pregunto a Dominic.

-con un poco de ayuda, quizás.

No pasaron más que unos segundos cuando Sebastián corrió desde el otro lado de la estancia a ayudar a su hermano. Yo miraba la escena como si no estuviera ahí, era un espectador observando una película.

-vamos, amor - con su característico cuidado me rodeo por la cintura y me empujó hacia arriba para levantarme del piso - ¿Por dónde? - la pregunta iba dirigida a Mexandre.

-por acá - se internó en unos de los caminos entre los que me parecieron cientos.

Me detuve un momento y miré la llama que estaba suspendida en el aire.

-¿Qué es eso? - no pregunte a nadie en específico.

-lo llaman el llanto de la humanidad. Cuando tú mueras e inicie el apocalipsis el fuego se esparcirá por todos los caminos para seguir de guía a las legiones de Luzbel. Se dice que fue creada el mismo día de tu nacimiento y fue creciendo de apoco. Se rumora que llegará a un límite y tu morirás forzando el fin de los tiempos - contesta Mexandre eligiendo con cuidado sus palabras sin saber cuál será mi reacción.

-¿Moriré?

La idea era tan absurda e irreal ahora. Ni quiera cuando la hermandad me envió al infierno pensé en la posibilidad de morir, algo seguía vivo. A mi perspectiva la muerte era tan borrosa, apenas un punto de luz entre las tinieblas, demasiado lejos para pensar en ella. Pero aun así ahí estaba la prueba de que solo existía un ser con inmortalidad completa, el resto de nosotros estamos condenados a tener un final.

-¿Quien la creo? - no había que leerme los pensamientos para saber que esa era mi siguiente pregunta. Agradecí internamente a mi hermana por interceder por mí que aún estaba en estado de shock.

-una antigua profecía, la dama del bien y del mal.

-Luzbel no tiene la capacidad de ver el futuro - apunto Lilith - esto no es obra suya.

-claro que no. Solo existe un poder capaz de conocer el futuro y transmitirlo - responde Mexandre - ni siquiera tú, Eligos, poseéis ese don. Es el creador quien te concede tus visiones.

-eso quiere decir que todo esto está en el plan del creador. La caída Azieel, su conversión a demonio, que él interviniera en mi vida; incluso Aiton. Todo para llegar al mismo fin.

-Aiton nunca estuvo en sus planes. Pero eso cambio cuando fuiste tocada por el diablo. Tu alma se contamino en la misma medida en que era pura. Ahora mismo tu hijo tiene el doble de esa mezcla, pero una vez que nazca quiere eliminar toda la maldad dentro de él y llevarlo tan lejos de las garras de Luzbel como le sea posible - fue Lilith quien hablo.

Vía al Infierno °SIN EDITAR°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora