UNA VIDA POR OTRA

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El suelo debajo de mi tembló por la fuerza de mi ira, estaba segura que este poder descontrolado se debía al bebé en mi vientre, de alguna manera supo lo que quería y me otorgó la fuerza suficiente para dejar débiles a todos los que estuvieran en mi radar, amenazas o no todos cayeron sin fuerzas a suelo. Esta vez fue diferente a aquella vez en la isla, ahora fui consciente de la nueva energía filtrándose dentro de mi. Me sentí una sensación gratificante cuando vi que Lucifer no fue inmune al poder de Aiton, él, al igual que los demás, luchaba sin muchos éxitos mantenerse despierto por la falta de energía.

Me centre en él, cruzamos mirada y pude ver temor, fue demasiado fugaz, fue reemplazado al instante con su típica soberbia. Abandono mis ojos para echarle una mirada al moribundo de Azieel y sonrió con suficiencia.

-no gane esta vez, pero no sere el unico -eso solo incrementó mi ganas de destruirlo.

Acorte la distancia que no se separaba. Doble mis rodillas a los lados para no inclinarse, intentó levantarse pero lo tomé de la mandíbula y empuje su cabeza al suelo, se escuchó el crujido de su cráneo quebrándose y el concreto alrededor se agrieto alrededor.

-me asegurare de que no tengas más oportunidades de joderme la vida - no era una amenaza, era una promesa.

Las grietas se hicieron más grandes hasta, la tierra se abrió y nos trago a los dos adentrarnos aún más en el infierno, hasta lo más profundo, el lugar donde está la fuerte de su maldad. Él había recibido el mayor dolor durante la caída, su espalda estaba en carne viva por el roce con las rocas. grito, exclamó, maldijo... y aun así no fue suficiente para mi. Lo tome del cuello y lo arrastre hasta donde estaba su cuerpo encadenado, su esencia se fundió con su cuerpo y presencie como este volvía a la vida tomando una fuerte bocanada de aire.

-no importa cuanto sufra, se que la está pasando peor - dijo con los dientes apretados - has perdido al amor de tu vida... - su risa fue agonizante y fue seguida de una tos seca - y gracias a mi. Él no volverá jamás.

-yo me asegurare de que tu tampoco.

-¿qué planeas hacer? - fue evidente la inquietud cuando se dió cuenta de la energía rodeandolo - ¿que estas haciendo? ¡YA PARA!

-sellaré tu alma a tu cuerpo tal como se hizo con Erzsébet Báthory - en un movimiento rápido clave mi mano en su pecho y la saque con su podrido corazón - y esto será el rubí que canaliza el poder del hechizo para impedir que alguna criatura estúpida cometa el error de intentar liberarte.

-eso no me detendrá - dijo sin aliento - volveré, siempre vuelvo. Soy el Diablo.

-lo se - tome su mano libre y quebré con lentitud uno a uno sus huesos para que pasara por la argolla de la cadena que lo mantenía en aquel lugar, las tres espirales brillaron al rojo vivo simbolizando la neutralización de sus poderes. Rodie ambas muñecas por encima de las argollas de los grilletes y las aprete para evitar que se liberara como la vez anterior - pero si eso llega a ocurrir encontraré la manera de detenerte. Después de todo estoy bendecida por el creador.

Detrás de él empezó a surgir un pequeño volcán que expulsó un brillante magma azul, le di una última mirada antes de darme la vuelta para partir.

-te hare pagar por esto, Caterina - juro luchando con las cadenas - rogaras por una muerte inmediata, pero no seré piadoso contigo. Te torturare en todos los sentidos, encontrar formas nuevas para quebrarte...

-que bueno que tendrás tiempo para planearlo todo - le sonreí antes de hacer una señal de despedida admirando como el magma lo consumía.

Las rocas de nuestra caída las utilice para crear una escalera que me llegó a aquel pueblo carnicero. Todos los demonios había huido cuando recuperaron un poco de sus fuerzas, incluso los de más alto rango. Pero poco me importaban ellos, con suerte Lucifer estará en ese hueco sumergido en lava ardiente por un largo tiempo, no importaba cuánto poder acumulado hubiera gastado en él, lo valía. Así que utilice lo que me quedaba de sanar a todos los que aún vivían y habían estado de mi lado.

Vía al Infierno °SIN EDITAR°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora