MALDITA PERDIDA

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EL CAPITULO POR EL QUE LA MAYORÍA ME ODIARAN

Me desperté con los gritos insistentes al otro lado del muro que nos separa de los halagos y de su niebla toxica. Los sonidos de cascabeles se mezclaban con los ruegos de la muchacha.

-es Litanie - dijo Edmund pegado a muro que habíamos atravesado - ¿Que le está ocurriendo?

A velocidad vampiro llego a él y le cubro la boca para evitar que pronunciara alguna otra palabra. Escuche otra voz aparte de los gritos de la chica. Mire a los demás esperando poder transmitirle sin sonido lo que estaba pasando. El olor a azufre fue demasiado intenso para estar muy lejos el origen.

-con que te saliste del camino - la voz era un hombre, es decir, un demonio masculino - ¿Quieres jugar antes de ir con tus demás compañeros?

-por favor - era apenas un murmuro. Era evidente cuan débil estaba. Debía ser por la bruma.

-dilo de nuevo, adoro cuando ruegan.

La mujer rogó y pidió por ayuda completamente en vano. Su amante se removió de mi agarre sin rogar nada. Me estremecí al escuchar cómo era abusada de forma tan salvaje. Entre más gritaba Litanie más agresivo se ponía el demonio. Fue horrible el solo escuchar el acto. Me costó mucho no unirme a la lucha de su amado por buscar una forma para ayudarla. Mi sangre se deslizo de entre mis dedos cuando, en su afán por liberarse, Edmund me mordió tan fuerte como para atravesar la carne.

Cuando los gritos se detuvieron el hombre en mis brazos se derrumbó derrotado con lágrimas en los ojos. Me arrodille a su lado esperando darle algún tipo de consuelo y para callarlo más rápidamente desde esta posición si cometía la locura de hacer algún ruido.

-¿Sabes algo? Que tu carne este así de destrozada solo significa que la bruma carnívora se levantó - había un despreciable tono de satisfacción en el demonio. Desee poder matarlo en ese instante - y lo interesante es que nunca lo hace para una sola persona. Para eso están esas aborrecidas criaturas que tanto favorece el amo. Además, es muy curioso que terminaras en un lugar como este, al inicio del laberinto, lo que solo significa que titubeaste y eso te costó muy caro - su carcajada fue repulsiva - pero ¿Como llegarías hasta acá si no conoces el lugar? Tal vez respondas que es una simple confidencia. Y te creería si no percibiera el olor de más humanos y otro muy particular al otro lado.

-debemos irnos - dije tan pronto escuche sus pasos acercarse.

Mexandre ya había tomado la iniciativa de mirar el mapa en su cuerpo. Atravesó la pared del lado derecho y rápidamente todo lo seguimos, yo tuve que tomar a chico del brazo para arrastrarlo conmigo justo a tiempo para evitar al demonio.

-no duden o se quedaran atrapados - indico Mexandre.

-muéstrate ante mi original - me estremecí al escuchar la voz del demonio más cerca de lo que esperaba. Pero no permití que el miedo me invadiera y me impidiera cruzar, tan solo me concentre en seguir a Mexandre junto con los demás - te ayudare a salvar a tu bebito con la condición de que me dejes tenerte al menos una vez. Quizás después, si te perdono la vida, te entregue al amo. Te prometo que te haré gritar más de lo que el miserable de Eligos lo hizo.

-solo ignórenlo - hablo con resentimiento Lilith - Nibras es solo un mal chiste.

-ohh, pero si es mi señora, me pregunto qué piensa el amo de su traición.

-púdrete payaso - grito la puta de sangre - recuerda quien es tu superior.

-pues yo le recuerdo usted, mi señora, que ningún demonio tiene dominio alguno de sus poderes por lo que fácilmente puedo disfrutarla en cuanto la atrape. Seguro el buen amo me premiara cuando le entre a la original vampira y a la traidora de su mujer.

Vía al Infierno °SIN EDITAR°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora