GOLPE FINAL

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No sé cuánto tiempo llevamos recorriendo este túnel, pero ya me estaba volviendo loca. Ahora comprendí mejor el afán del antiguo ángel por escapar de las fauces del infierno. Era insoportable los lamentos y gritos de tortura que retumbaban por todo el lugar y que iban aumentando cada vez más. Nunca sabias de donde provenía, eso era lo que mas molestaba, parecía que provenía de todos los lados al mismo tiempo que de ninguno. Mi único bálsamo era los latidos de Aiton, me permitían concentrarme en la razón por la que estaba en este lugar. El ambiente era sofocante de muchos sentidos, era caluroso sin ser húmedo, la tensión era palpable en el aire; era como estar en con una neblina permanente inundando el lugar.

-el tiempo aquí no es normal. Nunca se confíen de este. Aquí el tiempo no sigue ninguna ley por lo que puede distorsionarlo todo - advirtió el demonio de categoría menor que nos guiaba -arriba es constante, seguro, confiable; lo que nos parecía un año arriba, aquí podría ser un día o un siglo. Es una táctica más para hacerte perder los estribos y sumirte en la locura.

Me estremecí de tan solo pensar en que no necesitaba estar aquí para estar loca. Ya tenía una droga en mi organismo que estaba haciendo ese trabajo sin ayuda alguna.

Estábamos sumidos en la más infinita oscuridad, solo podíamos confiar en nuestros sentidos naturales para guiarnos en este camino impredecible porque nuestra magia estaba anulada, lo confirmamos cuando Axel intento iluminar el túnel sin ninguna reacción de ningún tipo. En un par de ocasiones me tropecé con rocas que se interponía en mi camino, en todas esas ocasiones Azieel estuvo ahí para impedir que cayera y me lastimara o afectara a Aiton con la caída. Aun que, no todos corrieron con la misma suerte, Julieta llego a cortarse la palma de la mano cuando la interpuso entre el piso y su cara, también tuvimos que soportar las quejas y maldiciones de Lilith cuando se dobló el tobillo, aunque creemos que se debía más a sus botas de tacón más que a la adversidad del terreno, pero ella, en su orgullo, lo justifico con que había sido la creadora del tacón por lo que sería imposibles que no supiera manejarlo después de siglos de experiencia.

Mientras caminábamos a la deriva escuche unos pasos acelerados que trataban de darnos caza, pero al mismo tiempo tratando de no dejarse descubrir. Era inútil tratar de buscar alguna figura coherente entre la penumbra, pero aun así lo intentaba.

-tenemos que ir más deprisa - dije con los nervios de punta - ¿Cuánto falta para salir de este lugar?

-este es solo el vestíbulo, Caterina - distinguí la voz de Mexandre - también estaba desesperado por salir de aquí, pero te aseguro que esto es el exterior para un demonio. Pocos, si no es que ninguno, podrían estar aquí.

-pues yo te aseguro a ti que alguien más, aparte de nosotros, está aquí. Logro distinguí un olor vagamente familiar.

-¿No crees que es alguna de sus alucinaciones? Como la de la alberca ¿La recuerdas? - cuestiona Esther intentando no hacer evidente su inquietud.

-no lo sé... Tal vez tengas razón. No debían confiar en mi intuición cuando estoy a pocos pasos de otro ataque nervioso.

-es un terreno desconocido, no debemos confiarnos en los más mínimo. Se trata del infierno después de todo - interviene Sebastián.

-mi hermano tiene razón. Debemos estar alertas.

Nadie dijo nada más, mucho menos yo después de creer que existe la posibilidad de que sean fantasmas en mi cabeza. Aun que ese singular aroma no dejaba de atormentarme. De repente otro olor inundo mis fosas nasales, acero de fuego, el metal más puro jamás creado por el hombre y con el poder de captar los más poderosos hechizos en su hoja.

Vía al Infierno °SIN EDITAR°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora