Capítulo 1

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Era un día normal, como cualquier otro, en una ciudad común y corriente. Allí, como en todo el mundo, la mayor parte de las personas creía tener una vida aburrida, sin emociones, sin sucesos interesantes que contar, ni grandes hazañas para recordar en un futuro.

Esa gente era la misma que solía dar todo por hecho.

Esa gente creía que sabía lo que le podía pasar y lo que no, porque estaba más que acostumbrada al ritmo monótono de su día a día.

Entre todas esas personas, se encontraba Min Yoongi. Se levantaba cada aburrida mañana de su aburrida vida para visitar a sus padres, como solía hacer cada mediodía antes de ir al trabajo, que también era tedioso.

A veces, la rutina nos hace caer en una especie de laberinto que sólo va en círculos, en el cual jamás hallamos una salida. Y al final, terminamos aceptando que no existe nada más allá; que no podría existir una puerta que nos pueda guiar a una realidad completamente distinta.

Yoongi estaba dando unas vueltas en su laberinto. En otras palabras, se encontraba casi en el final de su jornada de su aburrido y monótono trabajo. Jungkook, su compañero, quien trabajaba en la misma oficina, en el cubículo ubicado a su derecha, empujó su silla hacia atrás para mirarlo con una sonrisa.



—Hyung...

—¿Sí?

—¿Cuáles son tus planes para hoy?

—¿Planes? No lo sé. Tal vez, mirar un poco de televisión y dormir ¿Por qué?

—Ah, porque pensé que querrías venir conmigo. Tengo ganas de salir.

—¿A dónde?

—A cenar, al karaoke, al cine... a cualquier lado, mientras que sea fuera de casa.

—Pues... me encantaría, pero estoy cansado. La señora Im me tuvo trabajando como un esclavo estos días. Con tanto trabajo, no pude dormir, siquiera.

—Entiendo... otro día será, entonces.

—Por supuesto.

—No sé tú, pero no puedo esperar a que lleguen nuestras vacaciones.

—¿Quién no lo espera? —rió— Sólo quiero salir de aquí por esas dos semanas.

—Ah, dos semanas... ¿Por qué no nos dan todo el mes?

—Porque estamos en el trabajo, no en la escuela.

—No me importa —se cruzó de brazos— ¿Irás a alguna parte?

—He sacado ya unos pasajes para visitar Australia. Siempre he querido conocer ese lugar. Seguramente es más bello de lo que imagino.

—¡Eso es asombroso!

—Sí, ya no puedo esperar, lo juro.

—Ojalá tengas un muy buen viaje. Yo me quedaré en casa, pero mientras que tenga a mi fiel consola de videojuegos conmigo, nada podrá impedir que me divierta.

—Jamás saldrás de tu cueva, ¿Verdad?

Touché.



Antes de que alguno de los dos pudiera acotar algo más, notaron que todos estaban ya tomando sus cosas para marcharse. Por eso, se apresuraron e hicieron lo mismo. Cuando tuvieron todo listo, salieron del lugar hasta el estacionamiento. Yoongi se aproximó a su auto y vio a Jungkook pasar a su lado con su bicicleta.



—Ten cuidado en la calle, o tend--

—Tendré un accidente, me arrollará un camión, quedaré hecho pedazos, lo sé —rodó sus ojos—. Lo dices cada día ¿No te cansas de pensar en el lado trágico de las cosas?

—No es algo que haga a propósito, sólo pasa por mi mente y ya —se encogió de hombros— ¿No te ha pasado que tienes una racha de buena suerte, y que luego se ve interrumpida por algo malo?

—Sí, por supuesto. Se llama vida, hyung. A todos les pasa.

—No, pero piénsalo —se acercó hacia él—. Puede que hoy estemos cansados, que estemos sintiendo que lo bueno está por venir, pero ¿Y si esto es lo bueno, y lo que se aproxima resulta ser terrible?

—No me juntaré más contigo. No quiero terminar igual de paranoico que tú ¡Y trata de arreglar esa actitud, antes del viaje! No quiero que estés allí pensando en que algo malo te espera al volver.

—No es sólo eso, sino que este puede ser mi buen momento, y el viaje podría tener cosas mal--

—Adiós, Yoongi, descansa. Y ve a ver a un psiquiatra o algo.

—Mocoso...



Una vez que el menor se marchó, Yoongi subió a su vehículo, encendió el estéreo de su auto con música en un volumen suave, y comenzó a conducir por las calles de Daegu.

Para poder llegar a su hogar, debía cruzar por una parte que dividía su barrio de otro más céntrico. Y si bien había una o dos cuadras vacías y oscuras que para cualquiera podrían ser siniestras cuando se ocultaba el sol, a él le daban paz, pues nunca nadie pasaba por allí.

Hasta esa noche.

Con las luces de su auto, Yoongi pudo divisar la silueta de una persona que caminaba por la calle. Frunció sus cejas y, al pasar a su lado, miró al sujeto con atención. Se trataba de un joven. Parecía ser menor que él. Lucía asustado y perdido. Sus cabellos eran rubios y su rostro era aniñado, aunque muy bonito. Su ropa estaba un poco sucia, estaba cruzado de brazos y miraba en cualquier dirección, como buscando algún indicio de algo. Yoongi mordió su labio inferior y siguió su camino.



—Pobre chico... ¡Y qué imprudente! —negó con la cabeza, hablando consigo mismo— ¡Podría hasta terminar siendo secuestrado!



El muchacho siguió murmurando hasta haber llegado a su casa. En cuanto lo hizo, luego de haber cenado, se recostó en su cama, intentando hacerle caso a su amigo. Creyó que tal vez debía dejar de pensar en aquellos escenarios negativos.

Sin embargo, una muy, muy pequeña voz en el fondo de su consciencia le decía que tal vez no estaba tan errado.

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¡Hola!

Tengo que admitirlo, me emocionaba mucho publicar esto, pero ahora estoy aterrada. Va a tener una trama un poco diferente al resto de mis historias, y no sé cómo vaya a resultar. Encima es la primera vez que intento terminarlo primero en borradores y publicarlo después (aunque tengo veinte capítulos guardados, y no hasta el final, pero es bastante).

De todas formas, espero que les guste esta idea que literalmente salió de la nada un día mientras iba en colectivo. Tengo mucho planeado que espero que también sea de su agrado 💕

Un abrazo 💕

Who are you, Park Jimin? [Yoonmin] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora